lunes, 21 de marzo de 2016

Como se esperaba, los pescadores gallegos se echaron al río






El frío ha sido el gran protagonista de la primera jornada de la temporada de pesca en aguas continentales, que ayer se inició en los ríos de Galicia con capturas escasas pero con buenas previsiones para el futuro.


Unos 60.000 pescadores, entre los que se contabilizan cerca de 15.000 niños, se dieron cita en los ríos para inaugurar una campaña que se prolongará hasta el 31 de julio, con carácter general, y que este año suma un nuevo coto fluvial a los cerca de 35.000 kilómetros de toda la red fluvial gallega.


Son 149 en total en toda Galicia, uno más que el año pasado, al sumarse el de Carbeiro, en el río Deza, en los municipios de Silleda y Vila de Cruces, con 68 tramos libres habilitados para la modalidad de pesca sin muerte, de los que 12 son nuevos.


Aunque se esperaba que la lluvia fuese protagonista en este arranque, finalmente no cayó agua, lo que impidió que se suavizasen las temperaturas. Algo que condicionó el número de capturas, que fueron escasas, pero que no mitigaron, en absoluto, la ilusión de los pescadores.


Entre las principales novedades de este año, además, destaca la total prohibición de pesca con muerte los jueves en toda Galicia. Además, se mantienen la tradicional prohibición de acudir los lunes a los ríos, excepto los festivos.


También se introduce una nueva normativa en la pesca a punta de vara, por la que el sedal tiene que medir, como mínimo, la mitad de la longitud de la caña, una medida que ha generado cierto malestar en el colectivo de pescadores, que utiliza esta técnica, sobre todo, en ríos pequeños.


Otra prohibición será la de pescar salmónidos en las desembocaduras de los ríos. Y será necesaria la obtención de una licencia para la pesca a flote, que se realiza desde embarcaciones.







La captura de la trucha estará regulada con 10 ejemplares por día y persona, con una talla mínima de 19 centímetros, sin cambios en las normativas de cebos con respecto a campañas anteriores.


Las cestas no se llenaron el primer día, pero la campaña pinta bien porque los ríos van hasta arriba de agua gracias a las lluvias caídas en invierno. Solo cabe esperar una buena temperatura y los pescadores mantienen la esperanza de que la temporada mejore en los próximos días.


A las bajas temperaturas que espantaron a las truchas, algunos pescadores, en la zona del embalse de Zamáns, se quejaban de la maleza, que dificultaba, más si cabe, la tarea.


El periodo hábil para la pesca del salmón se iniciará el 1 de mayo hasta el 31 de julio, pero podría adelantarse el fin de la temporada en función de las cuotas de captura. En los tramos compartidos del Eo, la temporada arrancará el 24 de abril y acabará el 15 de julio.







Se esperaba. Los veteranos avisaban. ‘Hay que madrugar’, y así fue. La temporada de pesca fluvial se abrió con capturas a primera hora de la mañana en muchos ríos, aunque otros fueron espectacular e inexorablemente ‘capoteros’, que es la definición que nunca quiere utilizar un pescador, pues llevar un ‘capote’ es un ‘cero patatero’.


No obstante nadie perdió la mañana a pesar de que algunos no tuviesen el mejor día de apertura de los últimos años. Volver al río ya es una alegría para todos pescadores, que llevan muchos meses aguardando este momento.


Las truchas eran las protagonistas, y los pescadores compartían cartel con ellas. Como en todas las temporadas cada zona tuvo sus condicionantes y su respuesta a la hora de la actividad de las esquivas pintonas.







En el Alto Lambre pescó Santi Nitas. “Por la zona libre el río iba con más agua de la que me gustaría, demasiada. Pesqué dos pequeñas, a mosca ahogada con cola de rata, pero poco más dio la mañana”. Cambia la decoración si desde las aguas costeras del ‘primo hermano’ del Mandeo nos vamos al Alto Ulla.






Ofició en el caudal de los Pazos da Ulloa el periodista Miguel Piñeiro. “Fue una buena jornada, pero estábamos en el río a la hora de empezar, una hora antes del orto”. El conocido pescador no quiere presumir, mas damos fe de los dos truchones quileros que entraron a sus pececillos artesanales y media docena de truchas, más pequeñas, a ninfa, con cola de rata. En el intensivo del Ulla, en Monterroso, también había sitio para los más pequeños, como ilustra la imagen superior. Cada vez se ven menos chavales por el río, pero afortunadamente todavía hay relevo generacional. Y si algunos niños tuviesen oportunidad de probar y aprender, el número de licencias volvería a crecer.


El majestuoso Tambre no es el de otros tiempos, al igual que muchos ríos, está muy ‘machacado’. Con todo, como otros históricos como Anllóns, Xallas, Castro, Dubra, sigue llamando cada año por estas fechas a los pescadores gallegos.







Juan Carlos Castiñeira y su grupo se decidieron por la zona de Traba. La conocen bien y son adeptos a los lagos (quizá por haberse criado en la pesca en la Laguna de A Frouxeira en Valdoviño). “Yo llegué un pelín tarde y alguno ya tenía el cupo hecho y estaba sacando fotos. No se dio mal, pero es evidente que hay que madrugar. Al final cumplimos con la faena. La cucharilla fue la estrella”.
 Siguiendo con las anchas lagunas, Juan Vázquez casi despertó en Vilasenín. “Peor que otros años, a ‘miñoca’ sí, lanzando al medio del embalse, pero a cucharilla dos picadas... y para mosca es temprano”.


Eloy Saavedra pasó del Eume en Muras “con un frío que pelaba, una niebla que estremecía y ni picada”, a As Forcadas, donde al menos tocó pieza. “La temporada es larga, esto no es como empieza, es como acaba, aunque -es cierto- lo de hoy fue una ‘calamidad’ de apertura”.


Los pescadores gallegos vuelven a estar donde deben, en sus ríos, cuidándolos, mimándolos y vigilándolos. La pesca es otra historia, independientemente del frío, de la lluvia, del temido y a veces certero capote, aunque cualquier tiempo pasado fue mejor y ya no se pesque tanto como antes, mucha gente fue feliz en la jornada de ayer. Y lo que queda. Hoy no se pesca, por Ley. Mañana ya podemos volver al río. Preparémonos. Tic-tac-tic-tac...





Fuente: Faro de Vigo/Ideal Gallego

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