domingo, 26 de abril de 2015

Pescan una manta raya de mil kilos





Una mantarraya de unos 1.000 kilos de peso fue capturada por pescadores de la caleta La Cruz, en la región peruana de Tumbes, fronteriza con Ecuador, informaron hoy los medios locales.

Erick Cruz Guerrero, de 22 años, es el joven que capturó a la gigantesca mantarraya de 8 metros de longitud, que fue sacada por una grúa.






Una turista tomó una fotografía de la enorme mantarraya cuando era trasladada con una grúa por los pescadores, y de inmediato fue compartida en las redes sociales y medios de comunicación peruanos.

El fiscal de Prevención del Delito de Tumbes, Félix Quinde Feijoo, solicitó a los representantes de Instituto del Mar del Perú (Imarpe) que le informen sobre el hecho, dado que se trata de una especie poco conocida en las costas de Perú.



Fuente: lmneuquen.com.ar

Medio Ambiente inicia la retirada de ramas y árboles caídos en el Lagares






La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, a través de Augas de Galicia, acaba de iniciar los trabajos de conservación fluvial en el río Lagares para eliminar obstáculos que puedan causar inundaciones.

Las tareas consisten en la retirada de árboles caídos en el cauce y madera muerta que provocan atascos desde la calle Muíños hasta la calle de los Olímpicos, concretamente en las parroquias de Coruxo, San Andrés de Comesaña y Castrelos. También se procederá al roce de determinadas zonas y la retirada de residuos urbanos localizados en las inmediaciones.

Según ha explicado el departamento que dirige Ethel Vázquez en un comunicado, esta actuación se suma a otra ya ejecutada en el río Lagares a principios de año y que también consistió en la retirada de árboles y troncos caídos en el lecho del río que actuaban como obstáculos y que podrían provocar episodios de inundaciones en caso de lluvias intensas.

Los trabajos se centraron en el tramo del río a la altura de las calles Manuel Álvarez y Ramón Nieto, en un tramo de 650 metros de longitud. Estas actuaciones se enmarcan en el programa de mantenimiento, conservación y mejora del dominio público de las cuencas de Galicia-Costa y sus zonas de acceso y protección que la Xunta desarrolla.

Medio Ambiente recuerda que con el nuevo reglamento solo es necesario que los particulares o las administraciones locales correspondientes comuniquen con 15 días de antelación a Augas de Galicia las tareas a ejecutar. "La simplificación en el procedimiento fomenta la voluntad para mejorar los lechos de la Demarcación Galicia-Costa, ya que la actual gestión provocaba que los solicitantes perdieran la motivación de llevar a cabo esta mejora y acción de mantenimiento de los ríos", destaca Medio Ambiente en un comunicado oficial.



Fuente: Faro de Vigo

Robalo de siete kilos en La Costa de la Muerte






Aunque a diario se dedica a la arriesgada profesión de percebeiro, Alejandro Rodríguez Rodríguez , natural de la parroquia ceense de Lires, no está harto del mar.

Su trabajo le obliga a enfrentarse a las olas a menudo, pero incluso así aprovecha su tiempo libre para dedicárselo al océano. No a recoger percebes, sino a pescar, algo que, por cierto, no se le da nada mal.

Y para comprobarlo, porque una imagen (dicen) vale más que mil palabras, échenle un vistazo a la fotografía.

Ahí está Alejandro Rodríguez con la caña en la mano izquierda y una hermosa robaliza de la Costa da Morte en la derecha. Nada más y nada menos que siete kilos de enorme pescado.

Siete kilos de sabrosa carne que seguro que han disfrutado tras pasar por la plancha o el horno. Era tan grande que perfectamente hubiese servicio para una multitudinaria comida.



Fuente: La Voz de Galicia

El salmón cultivado en tierra se abre paso en el mercado






A un año de su lanzamiento en el mercado, el salmón del Atlántico Kuterra Land Raised™ demuestra que es posible producir un salmón de piscifactoría de alta calidad y de manera sostenible, usando muy poca energía, agua o tierra, y sin antibióticos ni pesticidas.

El socio de Kuterra para las operaciones de marketing, Albion Fisheries Ltd., informó que la empresa alcanzó una cosecha récord de 180.000 kilogramos de salmón cultivado en tierra, lo que le ha permitido expandir sus ventas a tiendas selectas y restaurantes de alta cocina en Canadá y en EE.UU.

"Fue un ajetreado primer año para uno de los líderes mundiales de la próxima generación en la cría de salmón del Atlántico, que utiliza una tecnología que separa la granja del entorno salvaje", señaló el CEO de Kuterra, Garry Ullstrom.

"Con cualquier tecnología emergente, hay una curva de aprendizaje. Estamos casi poniendo en marcha la tecnología, y nuestros indicadores de rendimiento están mejorando con cada cosecha. Seguimos aprendiendo y estamos perfeccionando nuestra comprensión de las condiciones óptimas para el crecimiento de nuestro pescado", agregó.

Fuentes de la empresa subrayaron que junto con el aumento de la producción y las ventas, Kuterra ha alcanzado la clasificación "Best Choice" (mejor opción), la más alta en la escala de sostenibilidad de Ocean Wise, SeaChoice y Seafood Watch.

Ullstrom dice que el precio premium está superando sus expectativas y el próximo objetivo es ir mejorando el sistema y utilizar ese conocimiento para reducir los costos de capital para una segunda planta de producción.

Kuterra es la última iniciativa comercial de la Primera Nación 'Namgis. La granja acuícola está instalada cerca de Puerto McNeill, al norte de la isla Vancouver.

La empresa hace hincapié en que el salmón criado en tierra mantendrá al salmón salvaje y a las aguas en las que viven separadas de la piscicultura. Los peces de Kuterra son criados en un sistema cerrado con tecnología de recirculación (RAS) con control de la temperatura, la concentración de oxígeno y el flujo de agua.

"Los peces que están felices comen bien, crecen rápidamente hasta su tamaño máximo, desarrollan un buen tono muscular, no pierden las escamas y tienen un comportamiento social normal", la compañía recalca en su sitio web.



Fuente: Fis.com

Lobeira, un remanso de paz en A Baixa Limia


El río Fragoso a su paso por Lobeira



Enmarcado en la comarca natural de Baixa Limia, al oeste de la provincia de Ourense, y limítrofe con Portugal, el municipio de Lobeira se encuentra inmerso en un entorno natural de excepción, con una importante arquitectura religiosa y numerosos vestigios arqueológicos.

Éstos se centran fundamentalmente en la Serra de Leboreiro, frontera natural con el país luso. Los más emblemáticos se remontan al año 3000 a.C., y entre ellos cabe destacar las mámoas situadas en el monte de As Motas, Cabreira, Outeiro das Moas y Corno Dourado.

Ponte Pedriña de Grou o la casa del ilustre etnógrafo y antropólogo Xaquín Lorenzo 'Xocas' son otros dos lugares de visita obligada Lobeira- Los pazos repartidos por la zona también son importantes arquitectónicamente, pero todos son de titularidad privada.

El término municipal está bañado por los ríos Grou y Cadós. El caudal de sus aguas es abundante, ya que en el Grou desembocan, a su vez, el río Fragoso y el Boca, mientras que el Cadós nace en la Serra de Leboreiro, donde comienza a fluir el caudal. La pesca de truchas en el curso de los principales ríos es muy común.

Los principales monumentos del municipio son, en su mayoría, de carácter religioso. La ermita de Nosa Señora do Viso es uno de los más frecuentados, principalmente el domingo de Pentecostés, día en el que se celebra el Viso Grande, la romería más importante de la Baixa Limia, y el 8 de septiembre, con el festejo del Vigo Pequeno.

El santuario, uno de los pocos exponentes del románico tardío de la comarca, está asentado a una altitud de 852 metros, según parece sobre la acrópolis de un castro. Se conserva algún resto románico, así como un retablo del siglo XVIII.

Otra construcción religiosa destacada es la iglesia de San Xés, del barroco tardío y que constituye una muestra de la arquitectura comarcal. Su retablo mayor sobresale por su grandiosidad con dos cuerpos distribuidos en cinco calles mediante columnas salomónicas y ático.


Fuente: Faro de Vigo

sábado, 4 de abril de 2015

El PP quiere pepino de mar en toda Galicia






El Grupo Popular en el Parlamento de Galicia, a través del portavoz de mar, José Manuel Balseiro, presentó una iniciaitva para que se generalice al conjunto de Galicia la explotación marisquera y comercial del pepino de mar, científicamente denominado holothuria forskali y al que también se conoce como carallo de mar, un equinodermo que está presente en el litoral gallego y que desde enero explota la Cofradía de Cangas, aunque de forma muy experimental.

A través de una proposición no de ley, los populares instan a la Xunta a estudiar la situación de este recurso y, en función de sus resultados, autorizar la posibilidad de expandir su explotación a otras áreas de Galicia. Hay que recordar que, como novedad, el Gobierno gallego incluyó en diciembre pasado, en el Plan de Explotación Marisquera para 2015, el aprovechamiento de este recurso, de forma experimental, por parte de embarcaciones de Cangas.

Balseiro considera que sumar el pepino de mar a la oferta marisquera de Galicia "tan só traerá vantaxes" pues se trata de un producto muy demandado en el mercado asiático, en donde llega a alcanzar precios de hasta 150 euros por kilo en el caso de las especies más valoradas. También destaca su consideración de exquisitez gastronómica en comunidades españolas como Cataluña y Levante. Balseiro considera que la demanda de esta especie en Galicia es escasa, pese a ser un recurso abundante en el litoral gallego y en Gran Sol y que por eso desde el PP consideran conveniente la puesta en valor de este producto por parte de los sectores pesquero y transformador gallego y su posibilidad de expandir la explotación a otras áreas.

Desde la Cofradía de Cangas entienden que lo primero que habría que plantearse, al margen de que sería positivo ampliar la extracción a otras partes de Galicia, es incrementar los kilos de capturas. En Cangas sólo se autorizaron 5 por embarcación al día, y aseguran que con esta cantidad a los compradores no les resulta rentable porque tienen gastos de elaboración en planta y transporte: "No van a abrir una planta de elaboración para 10 kilos al día. Con esta cantidad no se llena un container". Desde Cangas creen más conveniente que en lugar de permitir una campaña larga y con poca cuota como hasta ahora, se concentre, por ejemplo, la extracción en un mes y con cantidades rentables para su comercialización".

En lo que va de año, Cangas comercializó 505 kilos de pepino de mar, por un importe de 3.144 euros y un precio medio de 6,23 euros el kilo. El máximo llegó a 8 euros y el mínimo a 4. También la lonja de Vigo comercializó pepino en enero y febrero. Fueron 5.224 kilos por importe de 10.970 euros, pero el precio fue mucho más bajo, a 2,10 euros. Se trata de pepino de barcos de altura.



Fuente: Faro de Vigo

Un pescador salva la vida a un buzo





Un pescador deportivo ha salvado esta mañana la vida de un buceador en las costas de Oia. Santiago Gavían, de 43 años de edad, estaba pasando el sábado en Cabo Silleiro con su familia.

Sobre la una menos cuarto del mediodía, observó un flotador de señalización suelto y sospechó que su propietario debía encontrarse en una situación problemática. Observó por los alrededores y finalmente pudo ver al buzo en el agua inconsciente. Solo asomaba la cabeza del hombre y estaba subiendo la marea. Rápidamente lo sacó del agua y, con ayuda de un vigilante del percebe, lo arrastró hasta las rocas.

Un helicóptero medicalizado del 061 se desplazó hasta el lugar y recogió a la víctima, que fue trasladada a un centro hospitalario. Al lugar de los hechos también acudieron una ambulancia, guardia civil, policía local de Baiona y el GES de O Val Miñor.

El hombre rescatado es un vecino de Gondomar de 33 años de edad.



Fuente: La Voz de Galicia

viernes, 3 de abril de 2015

Un vertido mata miles de alevines y truchas cerca del río Miño






Un vertido en un arroyo de Robra, que posiblemente se produjo el pasado miércoles, fue el causante de la muerte de miles de ejemplares de peces entre truchas adultas y alevines.

La presencia de los animales muertos fue detectada por una pareja de pescadores que se encontraba en la zona y que inmediatamente dieron el aviso a los agentes de la Guardia Civil. En pocos minutos una patrulla del Seprona y personal de Medio Ambiente de la Xunta se personaron en el lugar y constataron que se había producido la muerte de miles de peces. A la zona también acudieron miembros del gobierno local de Outeiro de Rei.

El tramo en el que aparecieron ejemplares muertos es el que se encuentra ya cerca de la desembocadura del arroyo en el Miño, en lasa proximidades del área recreativa de Santa Isabel.

La presencia de los animales en el agua no era fácil de detectar, ya que cuando llevan alrededor de 24 horas muertos se hunden y quedan atrapados en el fango del lecho del río, hasta que vuelven a flotar pasados unos días. El lugar en el que se registro una mayor mortandad fue en la confluencia entre ambas corrientes en la que se encontraba grupos de decenas de truchas y alevines muertos.

Los representantes de una empresa láctea situada en la zona manifestaron, al ser consultados, que el agua en las inmediaciones de la fábrica estaba transparente según las pruebas efectuadas y que disponían de poca información sobre el caso.

Los agentes encargados de realizar las diligencias tomaron muestras de varios lugares en los que hallaron ejemplares muertos, y ahora estudiarán si el caso constituye un delito medioambiental.



Fuente: La Voz de Galicia

jueves, 2 de abril de 2015

La ciudad que dejó de mirar a sus tres ríos





Desde antes de existir el tiempo, tres ríos muestran a quien pase por Pontevedra como ser a un tiempo fugitivo y eterno. Se llaman Lérez, Gafos y Rons y a ellos se dedica la exposición que ultima la Asociación de Vecinos San Roque, una muestra con más de medio centenar de imágenes que también busca ser un homenaje a los fotógrafos clásicos, como Pintos, Zagala o Novás Rarís, que documentaron el pasado de la ciudad.






El único consuelo al observar las fotografías de la exposición "Pontevedra dende os ríos" será para el espectador saber que el dolor, como recordó Dostoievski, nos hace más inteligentes por muy pobres de espíritu que seamos. A ello conviene acogerse para asumir que en apenas un siglo Pontevedra, que fue un gigantesco Combarro con hórreos y fincas de labranza pegadas al río, destruyó buena parte de sus principales signos de identidad.

La exposición propone un recorrido por la historia de la ciudad del Lérez desde hace más de 125 años, mediante imágenes en las que se ve un Lérez en el que no había un solo puente, ni siquera el peatonal de madera inaugurado en la primavera de 1871.

La Xunqueira de Alba, en la desembocadura del Rons, aparece magnífica en varias imágenes. Ante ellas se detiene Sabino Martínez, presidente de la Asociación de Vecinos San Roque y perteneciente a la familia de los Panderetas, como eran conocidos en el barrio sus numerosos antepasados pescadores y, especialmente, su tío, protagonista, con sus largas barbas blancas, de una icónica imagen de la Pontevedra de la época.







Sabino Martínez todavía recuerda "poner alguna entallada" en el Rons, un sistema de pesca para capturar el mujel, la robaliza y las anguilas en un riquísimo ecosistema que el mal entendido progreso (lo posterior a un tiempo determinado no siempre significa evolución) se encargó de destruir.

Precisamente una de las imágenes muestra el hórreo de Panderetas pegado al Lérez. Y es que hasta 1905, cuando se concluyó el primer malecón, las propiedades daban directamente al entonces anchísimo río, que sería achicado en varias ocasiones: la más reciente, para la construcción de la autopista, que le robó aproximadamente 17 metros.

La exposición también permitirá ver los antiguos barcos xeiteiros, que se dedicaban al arte del xeito, un aparejo atravesado en la ría que se empleaba antes del cerco.






Después vinieron las motoras a vapor, que traían la caliza que se horneaba y, convertida en cal, se empleaba en la construcción y como desinfectante.

En una las imágenes puede observarse el horno, que aún pervive en pie en Mollabao, perteneciente a la familia Casalderrei, cuyo chalé también se conserva en la antigua carretera de Marín.

La fábrica se llamaba Caleras del Lérez y es una de las construcciones que aparece en las imágenes.

También está la fábrica de Pazó y su chimenea de la máquina a vapor. En esta factoría primero se hacían reparaciones navales, posteriormente motores e incluso durante la guerra fundió pistones para reparar motores de aviación.

Pazó obtuvo autorización para rellenar una antigua ensenada que podrá verse, aún intacta, en algunas de las fotografías.

Asimismo, no faltarán en ella los muelles de atraque de Os Gafos (Teseláns, Vilas, Ogando, Forniños...) que quedaron sepultados bajo la actual calle Ribeira dos Peiraos o la antigua carroceta con caballo, que era el gran medio de transporte del barrio de A Moureira, incluso fue ambulancia cuando se quemaron los obreros que trabajaban en la fundición.

Tendrán cabida también las imágenes del primer puente de hierro peatonal sobre el Gafos, que unía Corbaceiras y Mollabao, o el segundo que se construyó en hormigón frente a la antigua fábrica de conservas Ural.

Podrá verse la Casa de Baños de la familia Fonseca, en la que se instaló en la Guerra Civil el ejército con la banda de música y una cuadra de mulas.





La exposición rinde homenaje a los antiguos fotógrafos que documentaron la historia de Pontevedra y también retrata buena parte del día a día de un barrio en donde más del 80% de los vecinos dependía del mar.

Había armadores, patrones y, en su mayoría, marineros, no solo procedentes de Pontevedra sino también de Portosanto, Lourido y Campelo.

Éstos nutrían las tripulaciones de los xeiteiros (6 hombres dedicados a la captura de xouba o sardina) y posteriormente los vapores (con más de 30 integrantes para pescar jurel y robaliza y que llegaban hasta Matosinhos).

Los barcos desembarcaban directamente en los muelles del Lérez y el Gafos y la línea de agua estaba situada varios metros más arriba del límite actual.

Así, en varias de las fotografías puede comprobarse como el mar se situaba a unos escasos cinco metros de la actual Casa Digna, en As Corbaceiras.






En este primer frente a la ría estaba la entonces taberna Rache, ante la que se subastaban, aún en el año 1940, los lotes de percebes que los vecinos de Ons traían en barcos.

De hecho, aún se conserva en la zona una agarradera a la que solía atarse el ganado que los isleños habían adquirido en Pontevedra y que llevaban de vuelta tras la venta de su captura.

Los trabajos vinculados a la pesca no eran exclusivamente masculinos. Las mujeres también participaban en las actividades relacionadas, de hecho su segunda ocupación era vender en las subastas de la plaza de abastos.

El lañado de la sardina, la recepción del marisco etc eran otros de los trabajos femeninos e infantiles en el momento, a mayores del cuidado de la casa, la huerta etc.






Y es que A Moureira era hace poco más de un siglo una perfecta simbiosis entre la vida del campo (representada por los hórreos o las parras que lindaban con el río) y el mar, como lo es aún hoy Combarro.

No obstante, los sucesivos rellenos y canalizaciones (el caso más dramático es el Gafos, sepultado en su tramo urbano) hirieron los ríos y destruyeron el entonces ingente patrimonio ribereño.

Si A Moureira no se libró de la piqueta, tampoco A Puntada ni el mismo centro del Lérez, en donde se construyó una isla artificial para soportar el pilar central del puente de la AP-9






Y a todo ello se sumó una política urbanística basada en la especulación que posibilitó, aún en la pasada década de los noventa, levantar una barrera de edificios en el frente del Lérez

Todos, humanos, barcos, muelles, hórreos, el Lérez, el Gafos, el Rons y también los errores desfilan ante el espectador, que lamenta que desgraciadamente nunca nos es posible descender dos veces el mismo río.



Fuente: Faro de Vigo

Salmón del Danubio ¿especie en extinción?






El salmón del Danubio puede alcanzar el tamaño de una persona y vivir hasta 30 años. Pero el último lugar en que puede pescarse, en los Balcanes, está amenazado por la construcción de una represa.

"Es muy veloz, esbelto y elegante. Y es muy hermoso", dice Ulrich Eichelmann.

La descripción parece adecuada para un auto de carreras, pero de hecho, el director del grupo ambientalista Riverwatch se refiere a un pez: Hucho Hucho en latín, Huchen en alemán, más conocido como el salmón del Danubio porque antaño podía encontrarse en su cuenca.

Hoy, su principal refugio es en los Balcanes, en los ríos y arroyuelos que recorren las montañas y serpentean los valles entre Eslovenia y Montenegro.

"Nosotros los europeos nos indignamos con los problemas que enfrentan los últimos tigres salvajes en Asia y exigimos que se hagan esfuerzos por salvarlos", dice Eichelmann mientras atravesamos tierras pantanosas hasta llegar a las orillas del río Sava en Eslovenia.

"Pero parecemos ciegos ante la amenaza que sufre esta suerte de tigre nuestro: el salmón del Danubio".

Delante de él se encuentra un hombre con un balde blanco que camina con cautela entre copos de nieve que adornan el suelo de este bosque, que empieza a despertar tras el invierno.

En el balde lleva cinco criaturas de tonalidades plateadas y verde azulado. Tienen 3 años de edad y 40 centímetros de largo.

Se sacuden en su reducido espacio como adolescentes en una pista de baile. Presienten que su liberación es inminente.

"Este pez es un buen indicador de la salud de nuestros ríos", explica Steven Weiss, científico estadounidense radicado en Graz, Austria, y uno de los autores de un nuevo estudio que advierte que la construcción de nuevas represas podría acabar con muchos de los peces que habitan allí.

Estos necesitan mucho espacio, agua limpia que fluya con rapidez y un hábitat muy específico para reproducirse y mantener una población autosustentable.

Para el lanzamiento de la campaña destinada a salvarlos, ecologistas, en colaboración con la Asociación de Pescadores Eslovenos, trajeron unos salmones del Danubio para entretener a los periodistas.

Llegamos a la orilla rocosa. Despliegan una bandera que dice: "Salvemos al Sava". Y, en cuestión de minutos, liberan a los peces del balde.

Estos comienzan a moverse a toda velocidad por las aguas poco profundas que corren sobre un fondo pedregoso en dirección a unas cascadas cercanas.

La primera vez que supe de estos peces fue hace varios años en el jardín de Josef Fischer, cerca del Danubio, en la región de Wachau, en Austria.

Fischer es viticultor y pescador, y cría miles de estos peces al año en tanques distribuidos entre sus viñedos.

Hay un tanque para los que tienen pocos meses. Otros para los de uno, dos y tres años.

Lo miro mientras vacía parcialmente el tanque donde nada su preciado espécimen hembra. La lleva con delicadeza a un contendor azul. Está sedada.

Con sus grandes manos de agricultor acaricia varias veces todo el largo de su cuerpo, tratando de hacerla expulsar sus huevos.

Si lo logra, debe traer luego a un macho de otro tanque para fertilizarla.

Fischer tiene cerca de 10.000 peces. Cada año libera miles en el Danubio para repoblar el río con una especie noble que antes surcaba el río arriba y abajo.

Pero las represas hidroeléctricas que se construyeron mayormente en las décadas del 50 y 60 destruyeron los sitios de desove y convirtieron al río en una sucesión de lagos.

Más tarde, ya sin las galochas, nos sentamos a beber una copa de vino blanco y a mirar el sol de la tarde caer sobre las ruinas del castillo en el que el rey Ricardo de Inglaterra fuera una vez encarcelado.

"No he comido este pescado por 10 años", confiesa. "Los quiero demasiado".

En la ribera del río Sava, Weiss me explica cómo el salmón se reproduce en la naturaleza. La reina busca una sección del lecho del río que le gusta. Y el rey se acomoda al lado.

Juntos hace una danza. Barren los finos granos de arenilla para hacer un nido para depositar los huevos.

Mientras ella lo hace, él deposita sus semillas sobre estos que caen como una repentina nube submarina.

Cuando terminan, ella los cubre con una delgada capa de arena.

Un mes más tarde, emergen los pequeños peces. Las princesas y príncipes de los Balcanes.


Fuente: el-nacional.com

Reinaguración del acuario del Grove






Ya no está el gran tiburón toro. Pero sí cinco meros de cerca de veinte kilos, cuatro especies de tiburón propias de las costas gallegas y hasta las primeras agujas en cautividad. Esta es la nueva lista de atractivos del acuario de O Grove, que ayer inauguró por todo lo alto la remodelación de su tanque central. El cambio es notable y el nuevo acuario es más diáfano y se ve mucho más claro. Con su puesta en funcionamiento finaliza una parte importante de las obras que la nueva concesionaria de estas instalaciones quiso acometer para ponerlas a punto.

Mostrar al visitante las especies propias de las costas gallegas es uno de los objetivos del acuario meco. Con ese fin se puso en marcha una completa remodelación, que ha llegado hasta el tanque central. Para poder poner en marcha esta última fase de la reforma fue preciso, en primer lugar, sacar al gran tiburón que allí residía. Una vez salvado ese escollo, se llevó a cabo una profunda remodelación de ese espacio. Se cambió el panel frontal y toda la decoración, también se mejoraron todos los sistemas precisos para el correcto funcionamiento del tanque y se instalaron en su interior nuevas especies.

Otra de las novedades es que el nuevo tanque tiene una vista pequeña a través de otra sala, es como una burbuja que permite un primer acercamiento a los peces que allí habitan. En su interior residen ya 17 especies distintas, pero a ellas se irán incorporando algunas más con el paso del tiempo.

Vuelve a haber tiburones, aunque de proporciones mucho menores. Se han colocado hasta cuatro especies distintas, más propias de las costas gallegas. Hay musolas comunes y blancas, alitanes y pintarrojas. Llaman también la atención los cinco meros de casi veinte kilos de peso cada uno y las rayas. Hay un congrio y agujas, «que creemos que son las primeras que hay en cautividad», explica el director de este centro. Asegura que, actualmente, se sigue buscando un tiburón de grandes dimensiones para que vuelva a convertirse en el atractivo de este acuario. Pero por ahora no se ha encontrado uno adecuado para O Grove.

Xoana fue durante años el gran atractivo del acuario de O Grove. Era un tiburón toro de grandes dimensiones que llamaba la atención de los visitantes. Residía en el acuario central. Pero este se le quedó un poco pequeño. Entre eso y que era preciso reformar esa instalación, los nuevos propietarios de este centro decidieron enviarlo a Sevilla. Allí reside actualmente y está mucho más feliz. Vive en un acuario de más de dos millones de litros de agua, cuando el de O Grove es de 250.000 litros.

Explican los responsables del acuario meco que trasladar al animal no fue tarea sencilla. Medía ya casi tres metros de largo y eso hacía imposible que pudieran quedarse en las instalaciones mecas con total seguridad mientras se reparaba el tanque central, pues no había un lugar en el que poder depositarlo. Por eso se optó por su traslado. Pero los responsables de este centro esperan que, en breve, pueda haber otro escualo de grandes dimensiones que venga a llenar el hueco que dejó Xoana. Mientras, habrá que conformarse con las cuatro especies de tiburón. Son mucho más pequeñas. Pero son propias de la costa gallega.



Fuente: La Voz de Galicia