domingo, 17 de mayo de 2015

La pesca del salmón en primavera






Sin duda se trata de una de las especies más preciadas para el pescador, animales de una belleza incomparable y de una combatividad explosiva y rápida. Saltan y corren como ninguna otra especie lo hace en agua dulce, pero al mismo tiempo su entrega por el mismo motivo es relativamente rápida. Mayo y junio son los meses centrales en la pesca tanto de salmones como de reos, las dos especies más cotizadas de los ríos de la cornisa cantábrica y la costa atlántica cercanos al mar.

Pueden ser tentados a cebo, a mosca o a cucharilla, modalidad ésta última que da excelentes resultados.

A continuación abordaremos todas las claves de una pesca tan apasionante como difícil.







En primer lugar hablaremos sobre el protagonista de nuestras jornadas de pesca, el Salmón Atlántico (Salmo salar) y veremos algunos datos sobre su ciclo vital.. Es un gran pez que tiene la cabeza pequeña, no superando ésta la sexta parte de la longitud total, llega a alcanzar los 25 Kg. de peso.
En el salmón adulto, su dorso es gris con irisaciones verde azuladas, los costados plateados y el vientre blanco. Con numerosas manchas negras dispersas por todo su cuerpo, que toman tonos rojizos en la época de freza o reproducción, que acontece en los meses de noviembre y diciembre.

La hembra pone sus 4.000 a 6.000 huevos en el río. Para ello la hembra excava un surco entre 30-50 cm. De profundidad y varios metros de longitud, en un remanso, donde deposita los huevos que son fecundados de inmediato por el macho.

Se calcula que cada hembra pone una cantidad de huevos proporcional a su peso, de forma que un Kg. Corresponde aproximadamente a 1.500 huevos. Los huevos son depositados en varias tandas y dura entre 3 y 15 días.

Sus huevos son alimento para muchos depredadores y se estima que de 8.000 huevos, pueden obtenerse en el río 5 ó 6 salmones. Sin embargo en piscifactoría se llegan a obtener entre 40 y 60 salmones......

Gran parte de las hembras fallecen poco después de acabar la puesta, al quedar sin fuerzas y ser atacados por los hongos, pues pierden entre un 40-50 % de su peso inicial.

Los primeros años de vida, entre uno y cuatro, los alevines de salmón permanecen en el río. Después adquieren una nueva forma por la que recibe el nombre de pinto y emigra al mar, aquí pasa varios años nadando miles de km. Llegando hasta Islandia y Groenlandia, para regresar al río que les vio nacer después de uno a cuatro años para iniciar nuevamente el ciclo de la vida, debido al esfuerzo muchos de ellos perecen y otros regresan al mar.

Los machos son siempre mayores que las hembras de igual edad. Suelen reproducirse a los 4-6 años, solo un 4 % se reproducen por segunda vez y un 1 % por tercera vez.







El área de distribución natural de esta especie es el océano Atlántico en el hemisferio Norte, aproximadamente desde el paralelo 41 hasta más allá del Círculo Polar Ártico. Se encuentra en el mar y en los ríos que desembocan en sus costas, tanto en la fachada europea como en la americana. Suele desarrollar su actividad en hábitats donde hay agua limpia y oxigenada. También son importantes las áreas donde hay vegetación que ofrecen protección y refugio.

Por lo general buscaremos jornadas de pesca en días nublados, y con la menor cantidad de luz posible siendo los amaneceres y atardeceres los mejores momentos para tentarlos. Los días soleados, se quedan en el fondo y es difícil conseguir pescar alguno. Es importante destacar que la pesca del salmón y del reo no exige lances excesivamente largos, las mejores posiciones las encontraremos en las pozas que albergan nuestras presas descansando. Los lances deben ser sostenidos, ya que nuestras presas no siempre van a arrancar a la primera a por nuestra cucharilla, por ello la paciencia es fundamental, depositando nuestra cucharilla a la vista de la presa y procurando no espantarla.

Cuando un salmón está alerta suele colocarse en las capas superiores con sus aletas pectorales equilibrándole en la corriente. Si te acercas demasiado y te descubre, o siente las vibraciones de tus movimientos o tus chapoteos en el agua, comprobarás cómo se va al fondo mostrando unos movimientos menos aparentes y aumentando su estado de alerta y desconfianza. Será entonces prácticamente imposible que ese salmón pique.






Podemos pescar salmones a cucharilla en prácticamente todos nuestros ríos salmoneros  siempre que adaptemos las cucharillas a modelos sin muerte. Lo primero que debemos tener en cuenta es el material a utilizar.

Para ello contaremos con una caña un poco más potente que las que utilizamos para la trucha, normalmente por encima de los 2 metros. Esto debe tenerse en cuenta pues en ríos con maleza nuestros movimientos serán más complicados.

Respecto al carrete buscaremos uno de spinning ligero con potencia suficiente para parar una buena pieza que sin duda podremos clavar en este tipo de sesiones de pesca.

Las cucharillas que utilizaremos evidentemente serán de un tamaño mayor que las que utilizamos para la pesca de truchas, normalmente nos decantaremos por modelos del 3 al 5 teniendo presente que tiene que estar en consonancia con la presa que queremos pescar.

Respecto a colores y modelos, cada pescador tiene sus gustos y es cuestión de probar diferentes modelos y quedarnos con los que nos aportan más confianza. Recogemos aquí algunas recomendaciones generales para la elección del color:

* Cucharillas color plata: Especialmente útiles en los días de arranque de temporada y en los menos soleados.
* Cucharillas color cobre: Si los fondos son arenosos o abunde el barro.
* Cucharillas color azul: Muy útiles en el verano y con días soleados.
* Cucharillas color negro: También para el verano, imitan al grillo y son especialmente buenas para el reo.

Suelen ser cucharillas pesadas, las cuales manejaremos mucho mejor en pozas que en aguas someras. Si somos habituales de la pesca con cucharilla de estas especies no tendremos problemas en su manejo, si venimos de la trucha y somos pescadores ocasionales tenemos que acostumbrarnos a estas cucharillas más pesadas con poco margen de recuperación y por tanto menor tiempo entre tirada y recogida y una tracción más lenta.







También podemos pescar salmones a mosca, para ello utilizaremos cañas de una o dos manos de líneas 6 a 8 según el destino específico. Moscas variados incluidos imitaciones de gamba, todo tipo de mosca de tubo, generalmente en tamaños de 10 a 16. Prefieren moscas muy coloridas y presentadas a mucha profundidad.

En la pesca del salmón a mosca la elección correcta de la muestra es un factor decisivo, pero ¿qué mosca debemos utilizar? Sin duda color y tamaño dos aspectos a tener muy en cuenta pero como en cualquier elección de cebos cada pescador tiene sus preferencias.

Respecto al tamaño muchos pescadores se guían por la siguiente tabla que relaciona el tamaño del anzuelo/mosca con la temperatura del agua:

Tª del agua º C:               8-9      10-11        12-13-14      15-16     17-18-19      20
Talla de la mosca #:         2           4                   6                8              10           12


Normalmente sucede al revés que con la cucharilla, por lo que una mosca demasiado grande puede ser rechazada por el salmón, un buen consejo es utilizar siempre una mosca una talla inferior a la que inicialmente habíamos escogido. Algunos consejos para la pesca del salmón a mosca:

• En la pesca del salmón más que en ninguna otra es imprescindible presentar la mosca al pez sin que este se de cuenta de nuestra presencia. Sé cauteloso y acechante sin olvidar lo fácilmente que se propagan en el agua los sonidos y vibraciones.

• El factor sorpresa es esencial. Separa más espacio entre cada lance cuanto más clara esté el agua en un largo pool de posturas indefinidas. O barre con la mosca sin previo aviso en las áreas exactas donde creas que puede encontrarse el pez.

• Aprovecha el primer lance. Siempre es el mejor. No te olvides de que las primeras pasadas sobre una postura son decisivas y las que más posibilidades de captura te brindan con diferencia. Pero para ello hay que hacer las cosas bien desde el principio.

• Usa un material adecuado, presenta la mosca al pez de manera conveniente y mantente en vilo desde el primer instante. A veces tienes solamente una oportunidad en el primer lance. No la desperdicies.

• Un paso entre cada lance puede ser razonable a principios de temporada si el agua viene tomada y pescamos con líneas hundidas. En los pozos extensos y con el agua muy clara es más efectivo avanzar unos cuantos amplios pasos entre cada lance y barrido. Cuanto más clara esté el agua y más en superficie pesquemos, antes descubrirá la mosca el salmón.

• Si optamos por dar una nueva pasada al mismo pozo podemos cambiar el modelo de mosca o cambiar el tamaño del señuelo.

• Deja descansar la postura. Es necesario ser cauteloso, y conviene dejar la postura descansar antes de empezar con otra mosca o una nueva técnica. El salmón tiene una memoria relativamente corta. Espera media hora si puedes entre tus incursiones y aumentarán de nuevo las posibilidades de captura




Fuente: Armeriaalvarez

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