sábado, 2 de agosto de 2014

Contaminación crónica en el río de O Con







El estado del río de O Con es causa de muchos quebraderos de cabeza en Vilagarcía desde hace décadas. Su paulatino deterioro preocupa a los expertos, aunque parece hallar pocas respuestas por parte de las instituciones. No obstante, las causas de su situación crítica suelen estar relacionadas con actitudes incívicas. Tal es el caso de los incendios que ocurrieron en el verano de 2006 y que propiciaron las inundaciones de noviembre de ese mismo año. Fernando Cobo, profesor de la Universidade de Santiago (USC) y responsable de la Estación de Hidrobioloxía do Con, ha participado en numerosos trabajos que evaluaron la salud del río y afirma con rotundidad que "el 60 o 70% del agua de lluvia que acaba aumentando el cauce de O Con se evaporaría si se mantuviese la masa arbórea en la cuenca fluvial".

La mayoría de los árboles se perdieron con los fuegos -casi todos intencionados- de 2006. Desde entonces se han plantado nuevos especímenes, pero, apunta Cobo Gradín, "la naturaleza trabaja a su ritmo y ocho años no son nada". Esto no quiere decir que la mano del hombre no pueda hacer más, al contrario. "Muchas de las pistas forestales han sido asfaltadas desde entonces. Hay muchas huertas de particulares pegadas al cauce. Al suelo cada vez le cuesta más transpirar y eso también afecta a la cuenca de O Con. Habría que plantar especies caducifolias cerca de la orilla".

Para el director de la Estación Hidrobioloxía de la USC, los planes que se están desarrollando principalmente desde Augas de Galicia, responsable del mantenimiento del cauce del río, no solucionarían el problema. "Ese 60% de agua seguirá yendo a parar al río aunque modifiquen el tramo urbano o la desembocadura. El problema de Augas de Galicia es que sus propuestas son meramente ingenieriles y tienen poco espíritu hidrobiológico. Nos hemos puesto en varias ocasiones a su disposición para colaborar en lo que fuese necesario, otra cosa es que cuenten con nosotros".

Cobo Gradín es partidario de una intervención "multidisciplinar que abarque todos los ámbitos y todas las fases de un río que es muy pequeño pero requiere de esfuerzos constantes y bien planificados para poder recuperarse". Se refiere a los problemas de contaminación que padece en todas las zonas, aunque especialmente en el tramo urbano y que ponen en grave peligro la supervivencia del escaso sistema biológico que sobrevive en O Con. Pero también a los efectos secundarios de aquellos incendios que continúan percibiéndose ocho años después. "En el embalse hemos comprobado la presencia de una gran cantidad de fósforo provocado por el arrastre de cenizas".

El diagnóstico del río de O Con ni es sencillo ni es cómodo. Al menos así lo confirma Fernando Cobo, que destaca la escasa naturalidad del ecosistema fluvial superviviente. "La contaminación de O Con es crónica. No se trata de episodios puntales, sino que, con mayor o menor virulencia se suceden en el tiempo".

También critica las actuaciones que convirtieron al último tramo del río en un "canal que lleva agua que carece de componentes ecológicos. El ecosistema desapareció. Si cualquier persona cierra los ojos y piensa en cómo es un río, los abre y observa la parte urbana de O Con, no se encontrará en absoluto lo que esperaba ver", ejemplifica.

Otro aspecto crítico y diferencial del río vilagarciano es su carácter "inmoderado. En verano tiene muy poco caudal, lo contrario que en invierno. Por su comportamiento es parecido a los ríos mediterráneos". Estas crecidas invernales quedaron ejemplificadas durante el mes de noviembre de 2006 con las inundaciones que anegaron todo el casco urbano vilagarciano. Cobo señala la ausencia de masa forestal en la cuenca del río como principal causa de las mismas.

La evidencia más clara del mal estado del río vilagarciano son los constantes vertidos en su tramo bajo. Sin embargo, Fernando Cobo explica que los problemas medioambientales van más allá y están erradicando prácticamente todas las especies y, por ende, borrando el ecosistema fluvial. "En un estudio que realizamos para la UNED constatamos la presencia de un gran porcentaje de metales pesados, como níquel, cobre y cromo". Proceden, comenta el experto, "de los vertidos industriales, que arrojan pintura y otras sustancias nocivas". Estos materiales se posan en el lecho del río y destruyen el sedimento natural, perjudicando gravemente a muchas especies que equilibraban el ecosistema. En apenas un lustro, la mayoría han desaparecido".

El responsable de la Estación Hidrobiolóxica asegura que "las pocas especies que sobreviven sufren un gran estrés metabólico para tratar de contrarrestar los efectos de la contaminación". Hoy en día, la parte próxima a la desembocadura de O Con está prácticamente monopolizada por los mújeles. "Antes había muchas anguilas, que son una especie protegida por su vulnerabilidad en los ríos gallegos, pero ya casi no se ven. Tampoco las truchas ni las lampreas y los espinosos, antaño muy comunes en O Con, han desaparecido por completo".

Pero Cobo Gradín argumenta que la presencia de metales pesados no es lo único que ha provocado este grave problema medioambiental. "Las limpiezas que se realizaron después de las inundaciones se realizaron sin fundamentos hidrobiológicos. Eliminaron unas algas filamentosas que los machos de los espinosos empleaban para depositar los huevos, lo que causó su desaparición". Sobre las aves de la zona urbana de O Con, el profesor es tajante: "son patos domésticos que no aportan nada al ecosistema".



Fuente: Faro de Vigo

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