martes, 15 de julio de 2014

La toxina remite en O Morrazo y los bateeiros esperan una apertura masiva







Las aperturas en los polígonos mejilloneros de registradas durante los últimos días en las rías de Arousa y de Muros-Noia podrían tener en breve su reflejo en la comarca de O Morrazo. Al menos eso espera el sector bateeiro de las rías de Pontevedra, Aldán y Vigo, que acoge con moderado optimismo el resultado de las últimas analíticas. En la ría de Vigo ya abrió uno de los parques situados en aguas de Moaña y en Aldán acaba de abrir el Cangas A, el más pequeño de los dos polígonos bateeiros. Incluso en Bueu ven con cierto optimismo el futuro inmediato. "Los análisis apuntan que en agua no hay rastros de la toxina, ahora hay que esperar a que el mejillón depure", explican desde una de las agrupaciones del sector.

Este panorama parecía poco menos que impensable hace unas semanas, cuando en Bueu se temían incluso estar cerrados hasta la próxima campaña de Navidad. La razón de este viraje hay que buscarla en los vientos del norte de las últimas fechas. "Han servido para sacar la toxina y para enfriar el agua de las rías", explican veteranos bateeiros, que señalan esta circunstancia como clave. "Ahora hay que esperar que no entren vientos de componente sur", desean.

A finales de la semana pasada en la ría de Vigo abrió el polígono Cangas E, que agrupa a unas 25 bateas en las inmediaciones de A Borna. Mejilloneros de esta ría creen que a lo largo de esta semana deberían abrir los otros dos parques emplazados en aguas moañesas y los tres de la bocana de la ría de Vigo. "En el de Liméns [Cangas G] ya hubo un resultado bueno y si se vuelve a repetir podría abrir ya", explican.

Las buenas noticias llegaron también hasta la pequeña ría de Aldán, donde ayer se podía reanudar la extracción de mejillón en la treintena de viveros flotantes emplazados entre Areabrava y Arneles. Las noticias sobre el otro parque bateeiro, que suma unos 70 viveros, también son positivas y su apertura podría ser inminente.

Estas señales se ven con cierto optimismo desde Bueu, donde sus bateas están cerradas desde finales de marzo. Sus tres polígonos son siempre los primeros en cerrar y los últimos en abrir. El optimismo es sólo relativo porque algunos productores apuntan que "el problema no es tanto la toxina como el hecho de que el bivalvo aún está un poco flaco para su venta".

 
Fuente: Faro de Vigo

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