martes, 3 de junio de 2014

La llegada de la toxina amnésica agrava el episodio que afecta a las rías gallegas



Mapa del Intecmar que muestra los polígonos abiertos (azul) y cerrados (rojo) en Arousa





El sector bateeiro gallego padeció en 2013 uno de los peores años de su historia a causa de la presencia de células tóxicas. Y 2014 parece seguir por los mismos derroteros, después de que a finales de marzo reaparecieran las biotoxinas del género lipofílico -principalmente diarreicas (DSP)- para obligar a cerrar paulatinamente la mayor parte de las bateas de mejillón de Galicia. Pero lo peor es que ahora también entra en escena la toxina amnésica (ASP), por lo que todo parece indicar que lejos de mejorar, la situación empeora por momentos.
Hay que aclarar que la diarreica es la toxina más frecuente, pero también la que va y viene con mayor facilidad, es decir, la que puede desaparecer más rápido de las aguas para así permitir la pronta reapertura de la actividad extractiva.


 
En rojo, las zonas productoras de infaunales cerrada en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa



Lo que sucede es que la amnésica llega menos a las rías gallegas, pero cuando lo hace suele ser para quedarse más tiempo, de ahí que entre los bateeiros se escuchen ya las voces de aquellos que temen que el actual episodio tóxico pueda prolongarse al menos un par de meses más, y eso sí resultaría muy preocupante.
Conviene precisar que la actual época del año no es la más propicia para la comercialización del mejillón; siempre es mejor -o menos malo- que los cierres se produzcan en primavera que en otoño. De ahí que las prohibiciones de extracción actuales a causa de la popularmente conocida como "marea roja" no constituyan todavía una "tragedia".
Aún así, los daños o perjuicios empiezan a notarse, el desabastecimiento de los mercados ya es evidente, los cocederos están cerrados, las conserveras funcionan "a medio gas" y los bateeiros permanecen de brazos cruzados y se entretienen recolectando mejilla para preparar la siguiente campaña o bien reparando sus viveros flotantes o sus embarcaciones auxiliares.



Los datos hablan por sí solos. Actualmente están cerrados 45 de los 50 polígonos mejilloneros existentes en las rías gallegas. Y si ese 90% de cierre es significativo, no menos llamativo resulta el hecho de que estén inoperativas también el 50% de las zonas productoras de infaunales, es decir, los bancos marisqueros de los que se extraen especies que viven enterradas en el sustrato, como la almeja, berberecho, navaja o longueirón.
En el primer caso, el de los moluscos bivalvos cultivados en viveros flotantes, hay que destacar que el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) detectó la presencia de ASP en los polígonos arousanos Pobra H, que estaba cerrado ya desde abril a causa de la DSP, Pobra E y Pobra G. Por esta razón se decretó su cierre, de tal modo que en la ría de Arousa ya solo quedan abiertos en la actualidad cuatro de sus 22 polígonos (2.200 bateas). Esto es tanto como decir que el sector solo puede extraer y comercializar mejillón -de momento- en los Pobra A, Vilagarcía A, Vilagarcía B y Cambados A2.






Las biotoxinas mantienen cerrados todos los polígonos de Vigo y Pontevedra

También está abierto, y de este modo se completa la lista de cinco polígonos actualmente disponibles en Galicia, el Sada B, en la ría de Ares-Betanzos, donde el Sada A está cerrado.
Como lo están, hay que insistir, todos los demás, siendo especialmente llamativa la situación en la ría de Pontevedra, con sus ocho polígonos clausurados (346 bateas) a causa de las biotoxinas prácticamente desde finales de marzo.
En la ría de Vigo (478 bateas) también está prohibida la extracción de mejillón en sus doce polígonos de mejillón, al igual que sucede con los cuatro de Muros-Noia (118 bateas), con el de Corme-Laxe y con el polígono de Baiona.
Como se explicaba anteriormente el cultivo en viveros flotantes no es el único afectado por el episodio tóxico, ni mucho menos por la aparición de la ASP. El Intecmar también decretó el cierre por este motivo en la Zona II de la ría de Arousa, que se suma la Zona I y deja inactivos todos los bancos marisqueros existentes en la boca de la ría, desde Ribeira hasta O Grove y entre esas dos localidades y A Illa.
En la ría arousana quedan otras cinco zonas marisqueras disponibles, mientras que en la ría de Pontevedra hay cuatro cerradas y una abierta. En la de Vigo son dos los bancos clausurados por presencia de biotoxinas, por lo que quedan otros tres a disposición del sector.

En el resto de Galicia hay que aludir a otras zonas de infaunales que están cerradas, como las de Muros-Noia (2), Corcubión, Camariñas, Corme-Laxe, O Burgo-Baldaio, Cedeira, Vicedo-Barqueiro y Viveiro-Celeiro.


Fuente: Faro de Vigo

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