domingo, 11 de mayo de 2014

El Bierzo: Primera repoblación de trucha con ADN puro de la cuenca del Sil






Introducir en las aguas de la cuenca Ancares-Sil los ejemplares de trucha común que antaño poblaron los cauces de los ríos que atraviesan la comarca del Bierzo.

Con este objetivo, arrancó siete años atrás el proyecto de investigación que esta semana culminó con la introducción, por parte de agentes medioambientales del gobierno autonómico, de más de 36.000 ejemplares de trucha que conservan la genética propia del río Sil.

Y es que pese a tratarse de una misma especie (salmo trutta), «en cada cuenca hidrográfica, los ejemplares presentan variaciones que les permiten adaptarse a las condiciones hidrobiológicas concretas», precisan desde el servicio medioambiental de León. Variaciones que pueden incluir características morfolóficas, como puede ser el ‘moteado’ de la piel o incluso el tamaño de los ejemplares.

La introducción de estos ejemplares alevines con ADN propio de la cuenca del Sil ha sido la culminación de un trabajo de siete años que arrancó con la localización en las cabeceras de los ríos de ejemplares no contaminados por otras especies de trucha común con los que se han venido repoblando los ríos de esta cuenca a lo largo de los últimos años.

Los lugares de la cuenca elegidos por los agentes para realizar esta introducción de ejemplares puros de truchas del Sil han sido dos AREC (aguas en régimen especial controlado) localizadas en la zona del embalse del Pelgo —en el río Burbia— y en la zona sur del río Cúa.

Los agentes medioambientales de la Junta que han participado activamente en todo el proceso, incluyendo la introducción de los alevines en el medio natural, confían en que esta sea la primera de las muchas repoblaciones que se realicen en los ríos de esta cuenca utilizando este material genético. «Con este tipo de ejemplares se logra, en primer lugar, aumentar el número de individuos, y en segundo, siendo lo más importante, se introduce en el río un material genético de primera calidad, procedente de siglos de adaptación de la especie en los afluentes del Sil», precisan estos agentes.

De los 36.000 ejemplares alevines que se han introducido esta semana en los ríos bercianos, los agentes tienen claro que sólo una mínima parte «primero porque son un material muy sensible y luego porque tienen muchos depredadores» se convertirá, a la vuelta de tres años en un ejemplar reproductor con material genético de primera calidad.


Fuente: Diario de León

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