jueves, 27 de febrero de 2014

Pescan 200 lampreas en el río Ulla






Ahora sí. Animada por la mejoría experimentada en el tiempo, la lamprea hace acto de presencia en gran cantidad. Tanto es así que la flota acudió ayer al río Ulla para, entre los márgenes de Padrón y Pontecesures, sobre todo a la altura de las factorías de Finsa y Nestlé -que se sitúan en una y otra orilla- levantar las nasa que los pescadores habían largado el día anterior. Al subir a bordo los aparejos comprobaron que la jornada había sido altamente positiva, ya que entre todos los barcos -una docena- consiguieron reunir cerca de doscientos ejemplares
Es, sin duda, una muy buena noticia para un sector que hasta ahora había sufrido, y mucho, las consecuencias de los temporales, que condicionaron tanto la pesca de lamprea como las capturas de la escurridiza anguila.




Pero ayer se comprobó, como queda dicho, que las cosas parecen empezar a cambiar. La lamprea necesita el agua dulce de los cauces fluviales para orientarse mejor desde el Atlántico y remontarlos, en busca de los lugares adecuados en la parte alta del río para poder desovar.
Pero después de tantas semanas de lluvias el caudal del Ulla era excesivo y las corrientes, ciertamente peligrosas. Los valeiros -que es como se conoce a los pescadores de lamprea-, la flota tenía enormes dificultades para trabajar, y cuando lo hacía veía cómo sus aparejos se enredaban continuamente, lo cual provocaba pérdidas importantes y aumentaba tanto la carga de trabajo como el riesgo de accidente.
Pero el río ya no baja ahora tan lleno, ni con tanta virulencia, y eso mejora las condiciones laborales y la seguridad de los pescadores, al tiempo que facilita la pesca del preciado pez.



Superado el problema derivado de las adversidades meteorológicas hay otro que se antoja más complejo, el de la crisis. Esto se nota en los restaurantes -principales clientes de los valeiros-, pues al reducirse la demanda de lamprea han reducido también de forma considerable sus pedidos de este cartilaginoso y suculento manjar. Por este motivo, las ventas en la presente campaña han disminuido significativamente, a pesar de que el precio es mucho menor que en campañas anteriores.
De ahí que los pescadores de lamprea animen al consumidor a acercarse al muelle de Pontecesures para adquirir directamente tan preciado producto. Una vez allí, desde el paseo fluvial o los pantalanes, podrán observar de cerca, casi como si estuvieran dentro de una embarcación, el trabajo que realizan los valeiros tanto para largar como para levantar sus aparejos. Y cuando las jornadas de pesca son tan satisfactorias como la de ayer el espectador también puede adquirir las piezas de lamprea que desee, con precios que, dependiendo del tamaño de la misma, van desde los 15 o 20 euros hasta los 40 o 50. Son cifras, hay que insistir, más asequibles que otros años y bajas para un producto tan selecto como éste.

Fuente: Faro de Vigo

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