jueves, 27 de febrero de 2014

Mortandad de aves y mamíferos marinos se extiende por la costa cantábrica y Francia






A la costa de O Grove y Sanxenxo -sobre todo en el litoral de San Vicente, A Lanzada y Canelas, por estar más expuesto a las corrientes oceánicas- siguen llegando cadáveres de todo tipo de aves y mamíferos marinos. Se trata de la "resaca" de los fuertes temporales registrados en lo que va de año y constituye un episodio que se repite en toda la costa atlántica de Galicia, pero también en la fachada cantábrica e incluso en el litoral francés.
Los biólogos y ornitólogos consultados coinciden al señalar que la situación resulta extremadamente grave, e incluso cifran en decenas de miles el número de aves pelágicas muertas, entre araos -de distintas subespecies-, alcas, alcatraces y frailecillos, a lo que se suman cormoranes, gaviotas y demás.
Jesús Menéndez, un ciudadano de Cantabria conocido por ser un gran ornitólogo y amante de los animales en general, explica que "han muerto cientos de araos en el cantábrico, mientras que en Francia han registrado alrededor de 15.000 aves muertas, principalmente frailecillos".
Buen conocedor de O Grove, la ría de Arousa y las especies pelágicas existentes frente a la costa atlántica -tuvo oportunidad de seguirlas a bordo del barco Chasula mediante el proyecto Seabirds Galicia-, Jesús Menéndez apunta que en el caso de las regiones noroccidentales de España "la mortalidad ha sido especialmente alta entre los araos, que han entrado muy débiles a la costa y finalmente han muerto de hambre a consecuencia del mal tiempo".





En su blog, titulado "Demencia ornitológica", este experto hace una serie de reflexiones centradas en la situación que se vive en el Cantábrico, pero que bien pueden hacerse extensivas a cuanto acontece desde hace semanas en la plataforma continental atlántica.
"Desde el 23 de enero hasta el 17 de febrero -explica Menéndez- he contabilizado once borrascas, algunas de ellas de formación vertiginosa que han alcanzado el rango de ciclogénesis explosiva, que no es más que una borrasca profunda de las que hemos sufrido en el mar Cantábrico toda la vida". Lo que sucede, apostilla, es que el paso de esas borrascas y la sucesión de unas tras otras, combinado con los intensos vendavales, "no han dado tiempo a las aves marinas a recuperarse".
De ahí que "en las playas de la costa cantábrica se alinean en la orilla centenares de cuerpos de araos comunes muertos o agonizantes, y en las costas francesas se llevan recogidos a fecha de 21 de febrero más de 15.000 aves muertas como consecuencia de la dirección de los vientos dominantes en estas fechas", destaca el ornitólogo cántabro.
Estas explicaciones coinciden con las apuntadas hace días por Encarna González, coordinadora en la provincia de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), quien destacó que la sucesión de fuertes temporales impidió a muchas aves alimentarse convenientemente y causó estragos entre las más débiles, con especial hincapié en el caso de las especies que se encontraban realizando movimientos migratorios. Todo esto puede servir de explicación a la continua aparición de aves muertas en las playas arousanas, y particularmente en O Grove, lo cual ha causado una importante preocupación social.
Algo parecido puede decirse en cuanto a los mamíferos marinos, cuya aparición en la costa resulta mucho más llamativa y está siendo especialmente intensa en la playa de A Lanzada.
A este arenal llegaron tanto delfines como lobos marinos e incluso tortugas. Una de ellas, Lanza, permaneció 17 días en la unidad de cuidados intensivos de Cemma, pero no pudo recuperarse y

Fuente: Faro de Vigo

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