lunes, 13 de enero de 2014

Pescar en invierno





No son pocos los pescadores que “cuelgan” las botas hasta la próxima temporada con la llegada del invierno. Sin duda el frío, el incómodo viento y habitualmente mala mar será lo que nos encontremos durante las próximas jornadas.

Sin embargo y a pesar de que los peces en estas fechas se esconden mejor que nunca el invierno guarda gratas sorpresas para aquellos que se atreven a desafiar las inclemencias del tiempo y se animan a salir a pescar. Ésta es una magnífica época para obtener capturas tan “apetitosas” como la lubina, que muestra durante estos meses una gran actividad.

Lo primero que tenemos que tener claro es que serán jornadas exigentes por lo que debemos salvaguardar toda una serie de precauciones especiales y a tener muy en cuenta algunos consejos sobre vestimenta, seguridad, equipo... En este artículo trataremos de hacer un resumen de todo lo que se necesita para poder pescar con mal tiempo.





La mayoría de las jornadas el invierno es difícil de soportar a pie de orilla pero debemos ser conscientes de que favorece la pesca porque no hay bañistas, el número de embarcaciones en la costa disminuye considerablemente y las que hay suelen navegar más lejos.

Además muchos peces se muestran especialmente activos en estas fechas (como ls lubinas) y suelen ser más grandes. Incluso la ausencia de calor puede ser un factor positivo a la hora de pegarnos largas caminatas con el equipo a cuestas hasta ese escenario de ensueño.

Sin duda, podemos afirmar que las posibilidades y oportunidades que se presentan en otoño e invierno son muchas y muy interesantes.






De forma general nos esperan jornadas de vientos fuertes con temperaturas bajas, fondos removidos y días de oleaje. Factores que complican e incomodan la pesca. Una gran jornada sería más sencilla de organizar si sólo dependiese de elegir los peces y la técnica a emplear, pero esto por desgracia no es así.

Los factores ambientales, sobre todo en estas fechas, son fundamentales a pesar de que muchos pescadores tienden a olvidarlo. Durante los meses de invierno, son varios los condicionantes que afectan a la pesca que deberemos de tener en cuenta:

El viento:

Tal vez el factor más determinante. Si el viento es excesivo puede arruinar completamente nuestras posibilidades de salir a pescar, y lo normal en estas fechas es que los vientos que nos acompañen sean en la mayoría de los casos fuertes.

Debemos procurar que venga siempre de frente, de forma que cree rompientes y manchas grandes de espuma bajo nuestros pies. Es ahí donde los alevines se escoden de los predadores por lo que si colocamos nuestros señuelos ahí tendremos grandes posibilidades de éxito. Si pescamos con cebo natural debemos vigilar las plomadas que normalmente subirán de los 100 gr llegando incluso a los 200 gr para combatir las fuertes corrientes.

Debemos intentar evitar las puntas en las que la corriente ejerce los cambios de dirección con potentes remolinos y arrastra con demasiada fuerza nuestra línea.

Algas:

Es fundamental conocer la cantidad de algas que hay en la orilla ya que este factor puede suponer un punto a favor para obtener el éxito en nuestras jornadas. El alga en la orilla hace que aparezca la pulga de mar, manjar para muchas especies que entrarán hasta la misma orilla.

En el lado opuesto, el alga también tiene un factor negativo dependiendo de la modalidad de pesca que practiquemos ya que puede resultar muy incómoda e incluso dificultar completamente la jornada cuando recuperamos la línea y enredamos en la orilla sin parar.

Frío:

Las bajas temperaturas serán la tónica general en invierno. No estamos hablando de dar un breve paseo por la costa, las jornadas de pesca de varias horas relativamente parados a la intemperie en un clima extremadamente frío y húmedo no son fáciles de soportar.

Debemos ir bien abrigados y no subestimar este factor pues si pasamos frío, además de resfriarnos no conseguiremos divertirnos si estamos más pendientes del frío que otra cosa.

Temporales.

Temidos por muchos, peligrosos para el pescador de mar tanto costero como de embarcación, los temporales son sin embargo, bienvenidos por gran parte de pescadores. Y es que los temporales sirven en gran medida para remover los fondos, “despertando” la vida que en ellos existe, lo que sin duda siempre es beneficioso para la pesca.

Y son justo los días tras la tormenta los que más provechosos pueden resultar para el pescador: los peces se acercan a la costa en busca de los animalitos muertos o maltrechos que el temporal dejó.

Aguas frías:

Resulta evidente que durante el invierno la temperatura del agua desciende notablemente. Pero, a diferencia de lo que muchos piensan, ese descenso no es automático, muy al contrario: el agua baja de temperatura mucho más lentamente que el aire, por lo que, aún estando a mediados de diciembre, puede que no se haya alcanzado su temperatura más baja. Teniendo en cuenta esto, debe saber que los meses en los que el agua está más fría son los de enero y febrero.







De entre las modalidades de pesca podemos destacar:

Surfcasting:

Son buenas fechas para tentar lubinas de cierto porte, debemos buscar zonas de espumero en las que si las aguas están turbias o sucias tendremos la oportunidad de pescar más “grueso” sin ser vistos. Hay que pescar con cebos blandos y típicos de arena como gusanas o titas o bien apostar a grande con cebos que funcionan muy bien estas fechas como la pata de pulpo o la sepia.

Rockfishing:

También son buenas fechas para esta modalidad pero debemos de extremar las precauciones pues los lugares pedregosos y de difícil acceso se vuelven más peligrosos por la humedad y el musgo. Es importante pescar con buenos grosores de línea pues para sacarlos de los agujeros es habitual rozar los bajos contra las piedras.

Spinning:

El spinning invernal tiene el hándicap de que se obtienen menos picadas y persecuciones, ya que suele desaparecer la actividad en superficie. Pero la recompensa puede ser mayor en forma de buenas lubinas. Los colores de los señuelos serán por lo general realistas tirando a modelos sardina o colores cálidos para los días en los que no hay forma de engañarlos.

Jigging:

Los peces de buenos fondos como los meros, samas, pargos etc. se activan con aguas frías por lo que es una buena época para esta modalidad. En días oscuros y mar revuelta que serán lo normal optaremos por jigs blancos, flúor o rosados. Mientras que para días claros buscaremos imitaciones color sardina.

Corcheo:

Sin duda el invierno es muy interesante para los amantes de la pesca de sargos a corcheo. Cebando con langostino o camarón en un anzuelo del 1 con línea del 25 podremos tentar sargos y maragotas que ronden el kilo, sin duda toda una experiencia...







En cuanto al equipamiento destacamos:

Unos buenos calcetines gruesos de lana, botas impermeables o mejor aún botas de vadear, ropa interior térmica,, jerseys con capucha, chalecos con membrana windstopper, trajes de agua, las posibilidades son muchas dependiendo del clima.

Partiendo de esto y teniendo en cuenta que, por supuesto, cada persona es un mundo (cada uno tiene sus gustos particulares, transpira de manera distinta según la actividad, se encuentra cómodo con según qué cosas...), existen una serie de consejos que deben ser tenidos muy en cuenta a la hora de seleccionar el textil para nuestros días de pesca en invierno. El más importante, es la necesidad de “vestirse por capas”: el sistema de capas consiste en utilizar varias prendas finas (habitualmente 3), en lugar de una sola muy gruesa.

Las capas a utilizar se definirían de la siguiente forma:

Primera capa: la ropa interior: el objetivo de esta primera capa será mantener la piel seca, alejando el sudor y cualquier posible humedad. Se necesitan por tanto prendas transpirables y que sequen con rapidez: tejidos como el Dryflo o el Power Dry, son buenos ejemplos.

Aunque pocos lo saben, en la ropa interior deberá evitarse el utilizar algodón, ya que se trata de un tejido que absorbe el sudor y, por tanto, echará por tierra las propiedades del mejor vadeador transpirable. Por eso, para sus calzoncillos opte siempre por la poliamida o por la lycra.

En cuanto a los calcetines, buscando esa transpiración y al tiempo que nos mantengan los pies calientes, deberemos optar por el Thermolite.

Segunda capa: con esta segunda etapa se busca retener el calor que nuestro propio cuerpo genera, evitando que se escape al exterior. También deberá ser transpirable, para expulsar la humedad del sudor.

Según el frío de la jornada en cuestión, esta segunda etapa podrá estar compuesta por una o por dos prendas. Para esta capa, optaremos por prendas de poliéster, forros polares, que encontraremos en distintos grosores:

          Polartec 100: el más fino y ligero. Pueden incluso utilizarse como primera etapa, directamente sobre la piel.
          Polartec 200: medio, posee un gran poder térmico. Podemos encontrarlo con membranas cortavientos como el Windstopper o el Windbloc.
          Polartec 300: el más grueso.

Tercera capa: membrana. Se trata de los tejidos más técnicos, que tendrán como misión protegernos de los cambios climáticos: nos aislan del frío, de la lluvia, de la nieve... evitando la pérdida de calor.

Se trata de prendas confeccionadas con membranas compuestas por infinidad de microporos, garantizando el 100% de impermeabilidad y una excelente transpiración. Sin lugar a dudas, la más conocida es el Gore-Tex.

A la hora de adquirir una de estas prendas, es necesario que tengamos en cuenta una serie de puntualizaciones:

          Cierres: para evitar la entrada de aire y de agua, así como la salida del calor corporal, conviene que vigilemos que la prenda tenga cierre en los puños, cuello, cintura y tobillos.
          Protecciones especiales: para las zonas de mayor desgaste (codos, hombros, rodillas...), convendrá contar con protectores especiales fabricados en neopreno, cordura o kevlar.
          Capucha: una capucha ajustable siempre nos servirá para aislarnos mejor del frío.






Dicho todo esto, conviene saber que:

– Los vadeadores de neopreno y los transpirables cumplen las veces de membrana protectora. Si utiliza vadeador de neopreno, convendrá usar unos pantalones de poliamida, de secado rápido.

– Los vadeadores de gore-tex aislan del frío, del agua y del viento.

– Para los pescadores o modalidades de pesca en los que no se utiliza el vadeador, será aconsejable llevar pantalones con membrana cortavientos.







Por otro lado, no podemos olvidarnos de los complementos. Y es que las partes del cuerpo que más calor pierden son la cabeza y las extremidades. Los complementos más importantes son:

– Gorro: cubrirnos la cabeza tiene varias finalidades: protegernos del sol, mantener el calor, impedir que nos mojemos la cabeza... por eso existen gorros y sombreros de todo tipo y materiales distintos, según la necesidad específica para cada caso.

– Guantes: muchos pescadores son reacios a usar guantes por la pérdida de tacto, sin embargo existen modelos especiales para pescadores que tienen los extremos de os dedos recortados, para permitirnos no perder la necesaria sensibilidad. Incluso existen modelos que repelen el agua y con membrana cortavientos.


Tenga en cuenta que el sentirse bien físicamente le ayudará a aumentar el rendimiento, disminuyendo no sólo el cansancio físico, sino también el psicológico. Estar “mentalmente despierto” resulta muy importante para poder actuar sin perder los nervios.

  
 

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