sábado, 2 de noviembre de 2013

Nuevo fracaso del diálogo para crear santuarios marinos en la Antártida


Ecologistas abuchean a los miembros de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, a la salida de la reunión celebrada en la localidad australiana de Hobart (Tasmania)


Los intereses particulares se han impuesto de nuevo y han hecho fracasar las negociaciones internacionales que abordan la creación de varios santuarios marinos en el área de la Antártida. China y Rusia volvieron a obstaculizar el acuerdo para la toma de medidas que protejan de forma urgente este precioso y frágil hábitat natural amenazado por las prácticas abusivas de la pesca y la navegación. Los miembros de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, en sus siglas inglesas), convocados estos días en la localidad australiana de Hobart, en la isla de Tasmania, abandonaron la mesa sin lograr un pacto, y ya es la tercera ocasión en que así ocurre desde el pasado año. Y es que las decisiones que adopte la CCAMLR deben alcanzarse por unanimidad.

Instancia creada hace más de 30 años (en 1982) para velar por la conservación de los recursos marinos del continente austral, agrupa a 24 Estados -entre ellos, Argentina, Brasil, Chile, España y Uruguay-, además de la Unión Europea. Y es que las aguas del océano Austral albergan ecosistemas excepcionales en buena medida todavía salvaguardados de la acción humana pero amenazados por el veloz desarrollo de las actividades de la pesca y la navegación.

Sobre la mesa de negociación estaban esta vez dos proyectos de santuario para establecer una amplia reserva marina -con una extensión equivalente a la India, potencialmente la mayor del mundo- poblada por cetáceos, mamíferos marinos y pingüinos, en total más de 16.000 especies. Según detalla la agencia AFP, Estados Unidos y Nueva Zelanda la propuesta implicaba una vasta zona de 1,25 millones de kilómetros cuadrados en el mar de Ross, una inmensa bahía en aguas del Pacífico y que se halla bajo jurisdicción neozelandesa.

Francia, Australia y Alemania recomendaban la creación de siete zonas marinas protegidas en la vertiente oriental del Antártico, en el flanco del océano Índico, con una extensión de 1,6 millones de kilómetros cuadrados. Ambos proyectos fueron rechazados por Rusia -teme que traiga una reducción de sus zonas de pesca- y China, lo que abocó la reunión al fracaso.

«Las negociaciones han fracasado. Rusia y China querían precisiones, más tiempo. Resulta muy decepcionante», lamentó un delegado. «Es muy triste», declaró el jefe del equipo sueco, Bo Fernholm. «Un día nefasto -ahondó Andrea Kavanagh, responsable de proyectos marinos de la oenegé Pew Charitable Trusts- no solo para la Antártida sino también para los océanos de todo el mundo». «La comunidad internacional se había reunido para proteger zonas esenciales del Antártico, uno de los últimos ecosistemas inviolados del planeta, y Rusia optó por obstaculizar», deploró Joshua Reichert, vicepresidente de Pew Charitable Trusts.

  

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