lunes, 11 de noviembre de 2013

El jurel francés se cuela en Galicia






Pescadores, pescaderos y científicos los conocen y distinguen perfectamente. Sin embargo, la mayor parte de los consumidores no aprecia grandes diferencias entre un jurel común (Trachurus trachurus) y uno "francés", como popularmente se conoce al que al ciencia nombró como Trachurus picturatus. Y menos diferencias pueden apreciar los profanos cuando se trata de ejemplares de pequeño tamaño, es decir, de chinchos, según su denominación popular en el sur de Galicia.

Según constatan y lamentan los pescaderos, la presencia del chincho francés es cada vez más abundante en la costa del sur gallego, un hecho que algunos achacan -sin que exista evidencia científica alguna al respecto- a los efectos del cambio climático. Eso, al menos, opina Manuela Álvarez, "Manoli", con tres décadas en el negocio del pescado y que recuerda el año pasado como una auténtica "invasión" de chincho francés, "de menor calidad, más alargado, de color difererente, carne más seca y un sabor que nada tiene que ver con el nuestro". Y también de menor precio comercial. "Venía, y algo aún sigue viniendo, mezclado con el chincho nuestro" en las cajas ella y sus colegas adquieren en la lonja. La mezcla alcanzaba tal proporción hace unos meses "que incluso tuvimos que protestar para que los separaran y ahora ya lo hacen, aunque siempre se cuela alguno", indica la pescantina.

El mercado es bien consciente de las diferencias de calidad entre ambas especies. Y es que si el francés se puede conseguir en la lonja de Vigo a 10 euros la caja de 15 kilos, el "común" o "gallego" se paga a 40 y, en la plaza, el consumidor final puede lograr los primeros a 2 euros el kilo, frente a 8 ó 10 los "autóctonos".

Desde el lado de la ciencia, no hay constancia de una entrada masiva de chincho francés en los últimos años aunque sí un cierto incremento el pasado año, según los datos aportados por Hersom Costas, investigador especializado en la pesquería de jurel en el centro vigués del Instituto Español de Oceanografía. Costas precisa que el denominado jurel francés tiene una distribución en el mar diferente, "más oceánica, más alejada de la costa y su presencia aquí es más bien anecdótica pero hay pesquerías importantes en Azores, Madeira y Canarias".








Costas aporta los datos de descargas de jurel francés de que disponen los científicos y del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés).

Así, a falta de cerrar y validar los datos de 2012, están constatadas 149 toneladas de descargas en el año 2007, 323 en 2008, 64 en 2009, 174 en 2010 y 76 en 2011. Son cifras muy alejadas de las entre 12.000 y 15.000 registradas del jurel común en los mismos años.

"El valor comercial del francés es muy inferior al común y se descarta bastante", indica el investigador.

Para Manoli, que muestra con su hermano Alberto González, ejemplares de chincho francés y "gallego" en su puesto del mercado de O Calvario, para comparar sus diferencias, la razón de la abundancia del pasado año y la que tal vez se produzca este año es de "que algo está pasando con nuestras aguas, que están entrando especies de aguas mucho más frías, como bacalao o pez espada".

 

 

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