martes, 22 de octubre de 2013

La venta de cotos en Zamora cae drásticamente


Un agente medioambiental maneja una gran trucha en el cauce de un río


La realidad de la pesca de la trucha, en Zamora, queda muy por debajo de las expectativas si atendemos al informe elaborado por la Consejería de Medio Ambiente que revela un continuado descenso del número de permisos expedidos en los cotos, muy inferior a los potenciales. Este año 2013 los permisos reales sumaron 1.820 cuando los potenciales ascendían a un total de 5.256.

En los tramos libres de los ríos la realidad también es un tanto frustrante y los pescadores afirman vérselas y deseárselas para presentarse en casa con algún ejemplar que alegre la vista de la familia y los sabores de la mesa.

En los cotos de pesca el descenso de los permisos expedidos ha sido tan acusado que los 1.820 consignados para en el conjunto de los cotos no llegan a los expedidos, en el año 2011, solo para el coto de Mózar, que sumó 1.835. La pérdida de pescadores interesados en los cotos ha sido la tónica general en todos los acotados trucheros de la provincia de Zamora.

El coto de Galende ha pasado de contar con 429 permisos en el año 2003, a 121 este año; el Mercado de El Puente de 741 a 267 en el mismo periodo de tiempo, y Mózar de 4.030 a 1.242. Trefacio descendió en la última década desde 449 a 40, Peque de 578 a 98, y Sejas de 346 a la moderada cifra de 52 permisos expedidos este año.

La pesca de la trucha por los ríos de las cuencas zamoranas, de Sanabria-Carballeda esencialmente, constituyó hace años una de las expansiones ideales para los amantes de las cañas y para los pescadores ribereños, que hallaban en el río un interesante recurso gastronómico. Los puros datos estadísticos revelan una pérdida significativa de pescadores, incluso en los cotos, donde se presume que el disfrute tiene mayores garantías. Un pescador que disfrutó de la bonanza de entonces, Luis González, señala que «ahora hay que conservar en el frigorífico lo que se pesca, uno y otro día, para hacer una comida, cuando antes pescabas en un día para ti y para tus amigos».

Por otra parte, los datos demuestran que los pescadores con muerte, que prefieren llevarse las capturas, superan a los pescadores sin muerte, que devuelven los ejemplares a las aguas. Así, según apunta el informe de la Junta, en el coto de Galende un total de 115 permisos fueron destinados a los partidarios de llevarse las truchas, y seis a los que las reintegraron al río. En el coto de El Mercado de El Puente -el más solicitado- 255 pescadores lo hicieron con muerte y 12 sin muerte. También en Trefacio la mayoría se inclinó por meterlas en la cesta, pues solamente cinco de cuarenta no lo hicieron.


El pescador Joaquín de la Mata está entre los que apuesta por la pesca sin muerte, y considera que «es uno de los alicientes del incremento turístico en Sanabria para el futuro». Sostiene que es un colectivo al alza, que con sus gastos repercute en la mejora de las economías locales de las zonas trucheras. El presidente de la Asociación de Pescadores de Sanabria-Carballeda, Manuel Mateos Pedrero es un firme defensor de la pesca ribereña, y teme que las modificaciones de la normativa de Pesca, a punto de aprobarse, suponga un revés para los pescadores locales y que promueva «la vuelta al furtivismo más agresivo».

  



  

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