domingo, 8 de septiembre de 2013

Condiciones laborales de los trabajadores en España: Se casan a las 9 y ella tiene que ir a trabajar a las 10





Beatriz Rodríguez Franco, de 33 años, y Abel Expósito Díaz, de 34, madrugaron ayer para darse el «sí quiero». Cuatro meses buscando fecha para casarse culminaron a las 9. 15 de la mañana en el salón de comisiones del Concello de Viveiro cuando la alcaldesa en funciones, María Loureiro, felicitó a los contrayentes, y la pareja selló el compromiso con el tradicional beso.

La profesión del novio -marinero- complicó a la pareja de viveirenses encontrar el momento adecuado para cambiar de estado civil. «Me tuve que ir a Irlanda», justificó Abel. La para algunos intempestuosa hora de la ceremonia fue impuesta por los condicionantes laborales de la novia. Beatriz debía incorporarse cuarenta y cinco minutos después a su trabajo en una peluquería del barrio de Verxeles.

«Nos daba igual una hora que otra, y nos hemos levantado de muy buen humor», explicó un locuaz Abel tras firmar las actas del enlace ante Florinda Díaz y el gaditano Jesús Tinoco López, testigos de la ceremonia, y los únicos asistentes al acto. Beatriz, tímida replicó: «Lo más importante es el amor, ¿verdad Abel?». La respuesta no se hizo esperar: «Es cierto churri». Un café rápido permitió a los contrayentes entrar en calor y recuperar sus ocupaciones.

Entre risas, la oficiante recordaba que la pareja «estaba preocupada por si nos parecía que la hora no era adecuada y había algún problema». Y «siempre hay un momento», añadió la alcaldesa en funciones, que hoy seguirá oficiando bodas. Porque cuando las estadísticas dicen que los españoles cada vez se casan menos, y optan por irse a vivir juntos, Loureiro se ocupará hoy de casar a tres parejas. Ninguna ha optado por el pazo de A Misericordia, por el que hay que pagar; hacerlo en las dependencias municipales o en cualquier otro lugar, oficiando los ediles, es gratis.

  

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