viernes, 30 de agosto de 2013

Recorrido submarino para turistas en Alicante





Un equipo de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV) ha instalado en la cara oeste del Peñón de Ifach, en Calp (Alicante), el primer sendero submarino de la Comunitat Valenciana, el cual dispone de una longitud de 120 metros y puede ser seguido mediante la práctica del 'snorkel', según ha informado este jueves en un comunicado la institución.

La iniciativa ha sido desarrollada por un grupo de profesores, estudiantes e investigadores del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (Imedmar) de la UCV, quienes han ubicado la ruta, señalizada mediante boyas, en la cala El Racó de la localidad alicantina.

El recorrido tiene una longitud de 120 metros y está dotado de cinco paneles subacuáticos situados a un metro de profundidad, en cada uno de los cuales se muestran carteles con las especies, comunidades y sustratos más representativas del mar Mediterráneo y de esta zona en concreto.

Los responsables del proyecto han resaltado que mientras el bañista observa los fondos con tubo y gafas para bucear, "puede reconocer las especies más destacadas" del área, como las praderas de posidonia, peces como el sargo o la doncella, moluscos, estrellas de mar, gusanos marinos o algas.

Los paneles informativos son localizables en superficie mediante cinco boyas naranjas conectadas por un "grueso" cabo flotante que sirve de guía a los visitantes de la ruta. Por su parte, cada una de estas boyas está anclada al fondo a través de un peso de cemento de 70 kilogramos.

El recorrido es una actividad gratuita para personas de cualquier edad, que se puede complementar con una visita a la sede del Imedmar, situada a 500 metros de la cala, en el puerto de Calp, en la que se proyecta un audiovisual sobre los fondos marinos del Mediterráneo, al tiempo que acoge una exposición con paneles y muestras de especies y de instrumental científico.

En el desarrollo del sendero, el equipo responsable ha levantado una cartografía de alta precisión de los fondos de El Racó, cuya información ha sido introducida en un Sistema de Información Geográfico (SIG) que ha permitido el mapeo de la cala y la instalación de las boyas en zonas arenosas y rocosas, con el objetivo de minimizar el impacto sobre comunidades de alto valor ecológico.

 

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