domingo, 25 de agosto de 2013

Levantan un dique en el Umia para evitar las mareas


El dique está cerca de la finca donde comió Rajoy el viernes



La comunidad de propietarios de la isla de A Toxa, en O Grove, tiene una captación propia de agua en el Umia, a unos cientos de metros del puente de Cabanelas, río arriba, y estos días se han visto obligados a construir un pequeño azud o dique de piedras, que cruza el cauce de lado a lado, para evitar que el agua salada de las mareas les afecte al suministro.

El concejal de Anova de Ribadumia Enrique Oubiña hizo público ayer un comunicado en el que denunciaba públicamente la obra, al entender que supone un obstáculo para la circulación del agua, y que afecta negativamente tanto a los peces y demás fauna del río como a los niños del club náutico O Muíño, que según Oubiña tienen dificultades para entrenar cuando la marea está baja debido a que el dique impide el descenso normal del agua.

Desde la comunidad de propietarios "La Toja" se contesta que el azud se hace todos los años, puesto que según ellos las mareas de agosto y septiembre son tan intensas que el agua salada del mar entraría en la captación que se utiliza para el abastecimiento de la isla. La entidad manifiesta que tienen en regla los permisos de Augas de Galicia, y que de hecho este departamento de la Consellería de Medio Ambiente maneja un proyecto para construir un azud definitivo, que regule el caudal de agua en la zona.

Los ayuntamientos de O Salnés toman la mayor parte de su agua en Ponte Arnelas, desde donde se bombea a la depuradora de Treviscoso. O Grove cuenta con una tubería propia y exclusiva, que sale de Castrelo, casi en la desembocadura del Umia, pero la comunidad de propietarios de A Toxa sostiene que el consumo en la isla es tan alto en verano (por los hoteles, los apartamentos o el campo de golf), que sería imposible conectarse a la tubería general de O Grove. De ahí que mantengan su captación propia.

Además, la entidad sostiene que el dique no tiene ningún efecto medioambiental negativo. "El azud se levantó el miércoles o el jueves pasado, pero el agua circula entre las piedras. Con las primeras crecidas del otoño se cae solo, y si no lo tiramos nosotros manualmente", apuntaron ayer por la tarde fuentes de la comunidad. Añaden que la regulación este verano es especialmente necesaria puesto que apenas ha llovido y el río lleva muy poco caudal.

Pero Enrique Oubiña, de Anova, opina que la obra supone una alteración de las condiciones naturales del río y que por lo tanto es negativa.

  

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