domingo, 14 de julio de 2013

Trucha de 1,7 kilos en el río Liñares


Una trucha de 1,7 kilos de peso y 51 centímetros de longitud, sucumbió el viernes ante el pescador José Manuel Calviño en el coto de Ponte Liñares, de la Sociedade Deportiva Río Ulla. Picó ante la suculenta babosa con la que le tentó Calviño y, aunque luchó 10 minutos por salvar su vida, venció el deportista. Hoy la saboreará en familia.


La trucha del Liñares, con el pescador que logró capturarla


Una trucha de 1,7 kilos de peso y 51 centímetros de longitud, acaba de sucumbir en aguas del río Liñares. Ocurrió a primera hora de la tarde del viernes, en un paraje idílico sito a escasos metros de la emblemática Ponte Liñares que da nombre a uno de los coto de pesca de la Sociedade Deportiva Río Ulla.

Un experimentado pescador nacido en Aguións pero actualmente vecino de Vinseiro, José Manuel Calviño Vilar, acababa de llegar al río y todavía no se había puesto las botas cuando fue sorprendido por la fuerza con la que una trucha tiraba del sedal de la caña en cuyo anzuelo había dispuesto una suculenta babosa.

La trucha luchó con fiereza por salvar su vida. En unos instantes, tiró unos 25 metros del sedal. En el otro extremo, Calviño se ponía manos a la obra para intentar extraer del río tan espléndido ejemplar.

Presenció tan singular combate otro pescador, Antonio, que antaño regentaba la cafetería Alameda. De inmediato, se puso a disposición de Calviño. Este se armó de paciencia y empezó a trabajar para cansar al pez. No fue fácil. De hecho, ayer -de nuevo armado con la caña en el coto que le obsequió el viernes con tan singular pieza- calculaba que tardó unos 10 minutos en cansarla. Fue entonces cuando logró extraerla con la inestimable ayuda de Antonio, que tomó la pieza por las agallas y logró sacarla del río.

Entonces la vieron bien. Era un ejemplar hermoso, de los que no se ven más que en contadas ocasiones. De hecho, ayer fuentes experimentadas consultadas por esta Redacción, manifestaron que el peso más frecuente para las truchas del Liñares oscila entre los 200 y los 400 gramos en tanto que la longitud va desde los 19 hasta los 30 centímetros.

No resulta extraño, por tanto, que hasta los guardas de Río Ulla se vieran sorprendidos por las dimensiones de la trucha capturada por Calviño en Ponte Liñares. Hacía más de 10 años que no se capturaba un ejemplar de tales dimensiones en este ámbito.

Calviño, que aprendió a pescar solo en un riachuelo de Aguións con apenas 15 años "con una varita y un sedal en la punta", proyecta saborear la trucha gigante hoy en familia, con su mujer y con su hija. Esta, sorprendida por el ejemplar, bromeaba el viernes con su padre preguntándole si no le había tirado al río. Hoy la cocinarán al horno. Será el broche de oro a la afición de Calviño, que tras su etapa como emigrante en Suiza, en 1990 repescó su afición de la juventud. Desde entonces, acude al río siempre que puede y hay permisos.

  

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