domingo, 7 de abril de 2013

Nuevo Elmo







El día 20 de noviembre de 2012, la embarcación de pesca Nuevo Elmo, con 2 tripulantes a bordo, salió a faenar a las 16:30 horas desde el puerto de Ribadeo (Lugo).

Su especie objetivo era la lubina, y el aparejo que iban a utilizar era el palangrillo. Para ello fueron largando el arte a una distancia cercana a la costa desde la salida de la Ría de Ribadeo hacia el Oeste, hasta llegar a las inmediaciones de Punta Loureiro, en la zona del castro de Fornelos, en la parroquia Piñeira, en Ribadeo.

Entonces, el patrón se dispuso a largar un segundo palangrillo. Según sus declaraciones, para evitar enredar la hélice de la embarcación con el arte navegó por la parte interior del palangrillo largado; esto es, entre el arte y la costa.

Mientras estaba efectuando ese movimiento, aproximadamente a las 18:30 horas, sintió un golpe en la embarcación a la vez que ésta se detenía repentinamente. Dio máquina atrás para intentar liberar la embarcación, sin conseguirlo. Luego, al evaluar los daños, abrió la tapa de la bodega de popa y vio como entraba gran cantidad de agua en el interior de la embarcación, llegando incluso a un nivel que rebosaba hacia fuera desde el interior.

Entonces llamó al CCR1 Navia a través del canal 16 de VHF. La embarcación estaba encallada en la posición 43º33,28’ N, 007º04,56’ W, según pudo observar en su equipo de GPS. Desde el CCR Navia la comunicación fue pasada al CCS2 Finisterre, a quien comunicó el suceso e informó de su posición y de su intención de saltar al mar y alcanzar la costa a nado, puesto que el estado de la mar se lo permitía. En ese momento falló la corriente eléctrica a bordo y se cortó la comunicación.

Ambos tripulantes se colocaron los chalecos salvavidas hinchables, los hincharon y se lanzaron al mar, alcanzando la costa a nado unos minutos después. Una vez en tierra, fueron en busca de ayuda. A las 18:55 horas se encontraron con una unidad del Grupo Municipal de Intervención Rápida de Ribadeo (Protección Civil), que se dirigía a la zona en un vehículo todoterreno.

El buque se mantuvo inundado en su posición de encalladura durante la noche y madrugada del 20 al 21 de noviembre, hasta que durante la mañana del 21 la mar lo arrastró hasta la costa. Sus restos fueron retirados dos días más tarde y depositados en las instalaciones del puerto de Ribadeo.



Embarcación de pesca Nuevo Elmo


El Nuevo Elmo es un pesquero de madera, dedicado a artes menores construido en el año 1996, matriculado en Cangas de Morrazo y con una eslora de 11,2 metros. Era propiedad desde 2007 de una sociedad civil con domicilio en Ribadeo (Lugo). Sus certificados estaban en regla.

La embarcación fue despachada el 2 de octubre de 2012 con una tripulación de cuatro personas. No obstante, en el día del accidente se encontraban solo dos personas a bordo.

Se le había emitido una Resolución de tripulación mínima de seguridad el 20 de septiembre de 2011, por el que se había establecido en tres el número mínimo de tripulantes: un patrón, un mecánico y un marinero, con la salvedad de que si el título del patrón le permitía simultaneidad, entonces se podía prescindir del mecánico. Un mes antes de la fecha del accidente había causado baja el patrón habitual de la embarcación, siendo sustituido en sus funciones por el actual.

Según consta en las bases de datos consultadas, el patrón actual no disponía en el momento del accidente de ningún título profesional que le capacitara a desempeñar el puesto que ocupaba, ya que le fue expedido un título de Patrón Local de Pesca con posterioridad a ese día, el 27/12/2012. El marinero a bordo tenía el certificado de Formación Básica, pero no la tarjeta profesional de Marinero Pescador, que acredita la capacitación profesional de los marineros que ejercen su actividad en buques pesqueros. Tras el naufragio, se recuperaron los restos y se depositaron en el puerto de Ribadeo.


Representación esquemática del despliegue de una caja de palangrillo



El buque se dedicaba a la pesca con palangrillo, un arte menor parecido al palangre pero de menor tamaño, que consiste en un cabo madre del que penden brazoladas verticales convenientemente separadas acabadas en un anzuelo que se ceba con distintos productos. A lo largo del cabo madre lleva plomos o piedras3 que permiten que alcance más o menos profundidad y boyas o corchos que ayudan a localizarlo y permiten su desplazamiento según las corrientes. La longitud total máxima del palangrillo no debe superar los 4.000 m. El número máximo de anzuelos estará comprendido entre 1000 y 1.700, dependiendo del tipo de embarcación.

Tradicionalmente los anzuelos se ceban manualmente, usándose cajas y cubas para almacenar el palangrillo antes de largarlo a la mar. La representación que se muestra en la figura anterior indica de manera aproximada la forma en que se despliega una caja de palangrillo en la mar. El equilibrio entre peso y flotabilidad de plomos y boyas, así como la distancia entre ambos y la sonda del lugar determinará la altura sobre el fondo sobre el que se desplegarán los anzuelos. Se capturan principalmente congrio, lubina, sargo, merluza, palometa, abadejo, y mero.

Su pesca es esencialmente nocturna y se utilizan ganchos para izar la pesca a bordo. En el caso del Nuevo Elmo, el palangrillo llevaba alrededor de 1000 anzuelos, y se había desplegado a lo largo de la costa a una distancia variable pero cercana a la costa, empezando desde las inmediaciones de la salida de Ribadeo hacia el Oeste. El patrón estimó que la longitud máxima de este primer palangrillo era de 2 millas.



Estudio de las demoras desde las que el mar de fondo tendría una incidencia directa sobre el lugar del accidente




El Sol se había puesto a las 17:58 horas en el lugar, dando paso al crepúsculo civil hasta que fueron las 18:30 horas, momento del accidente. Desde las 18:30 hasta las 19:05 horas se estaba produciendo el crepúsculo náutico. De ello cabe interpretar que los acontecimientos se desarrollaron con poca luz crepuscular hasta que fue noche cerrada, en torno a esas 19:05 horas.

La Luna se encontraba de cuarto creciente, con un 44% de superficie iluminada, elevada unos 40º sobre el horizonte y próxima a su paso por el meridiano con azimut S. Ello quiere decir que la Luna podía iluminar levemente la parte de tierra desde donde estaban los tripulantes, en los momentos en que fuera visible a través de la nubes.

No se veían luces en tierra, por taparlas la línea de costa que estaba algo elevada. No obstante, cuando saltaron podían vislumbrar con alguna dificultad la costa.




El Nuevo Elmo visto desde la mar a la mañana siguiente

 
La marea se encontraba creciendo. La bajamar había sido a las 15:37 horas. En el momento del accidente la altura de la marea era de - 37 cm respecto del nivel medio.




Visto desde la costa


Participaron en la operación:

- Helicópteros de Salvamento (H/S) Pesca II a través de emergencias - 112, y H/S HELIMER 209 de SASEMAR. - Embarcación de Salvamento SALVAMAR ALIOTH de SASEMAR

Los medios utilizados fueron:

- Emergencias – 112 de la Junta de Galicia movilizó a 4 voluntarios GRUMIR (Grupos Municipales de Intervención Rápida)

Los helicópteros y la embarcación de salvamento no llegaron a intervenir al ser los náufragos localizados poco después del accidente por los GRUMIR.



Vista desde proa-babor de los daños sufridos



A las 18:35 horas se produjo la primera notificación a SASEMAR, proveniente del CCR Navia, por tanto, la estación de comunicaciones debió ser contactada por la embarcación poco tiempo antes.

A las 18:55 horas aproximadamente entraron en contacto con la unidad de Protección Civil, en tierra.

Se movilización de medios terrestres, aéreos y marítimos.

Por la proximidad del accidente a la costa, los tripulantes pudieron ponerse a salvo por sus propios medios sin intervención directa de los servicios de emergencia.


 
Vista desde popa-babor de los daños sufridos


 
Otra vista de los daños desde popa-babor


No se han encontrado causas técnicas que hayan causado el accidente. El accidente se produjo cuando el pesquero navegaba muy cerca de la costa para realizar las labores de pesca. Los motivos para navegar cerca de la costa parecen estar en que las condiciones de viento y mar eran muy favorables, y en que se trata de una práctica habitual de la flota de bajura de la zona dedicada a las artes de pesca tradicionales. Es habitual que la pesca de la lubina se practique cerca de las rocas, porque allí es donde abunda esta especie. Además el patrón era conocedor de la costa por pescar habitualmente allí durante los últimos ocho años.



El barco semihundido al día siguiente del suceso



Siendo la pesca local cerca de la costa una práctica habitual, se deben reseñar las siguientes circunstancias presentes durante la jornada en la que se produjo el accidente:

1. Según el patrón normalmente iban tres tripulantes a bordo. El día del accidente el patrón no pudo encontrar a nadie más que quisiera embarcar, como así había pasado en alguna de las jornadas anteriores. La presencia en la embarcación de menos personas que las que iban habitualmente a bordo pudo incidir en que los tripulantes no atendieran debidamente sus obligaciones, siendo este un factor crítico en el caso del patrón, responsable de la navegación segura de la embarcación.

2. El patrón pudo no haber valorado acertadamente las circunstancias físicas del entorno en que se llevó a cabo la aproximación a la costa, siendo las más importantes:

        o La luz menguante del entorno, con pérdida de la consciencia situacional. El patrón inició las labores de pesca en un momento próximo a la puesta del sol, menguando progresivamente la luz del día, y se dispuso a efectuar la siguiente largada cuando la jornada se encontraba próxima a finalizar; en breve sería de noche.

        o Si bien del estudio efectuado anteriormente, parece que la zona de pesca en que se encontraban no estaba afectada por el mar de fondo procedente del WNW, dados los valores límite en que se estaba propagando éste no es descartable que la zona se viera afectada, aunque solo fuera momentáneamente o a intervalos, de olas de fondo que pasaran desapercibidos al patrón o que se produjeran en el mismo momento del accidente. Cualquier ola de mar de leva que incidiera en la zona provocaría que la altura de la superficie de la mar respecto del fondo oscilara según la amplitud de la onda. Este hecho sería más acusado en aguas someras como las que estaba navegando el Nuevo Elmo.

        o La marea estaba subiendo, y el patrón era consciente de esta circunstancia, según sus declaraciones, aunque no se descarta que pudiera haber errado en la evaluación del estado de la marea. El hecho es que la embarcación impactó en plena zona intermareal, a unos 37 m de la costa.



3. La decisión de largar un segundo palangrillo por el interior, entre el primero y la costa, se tomó al estimar el patrón que las condiciones de mar y viento eran muy favorables. En una situación en que las condiciones físicas del entorno iban empeorando debido a la caída del crepúsculo y la consiguiente disminución de visibilidad, no evaluó suficientemente el riesgo.


 
   

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