lunes, 15 de abril de 2013

Descontento generalizado entre los pescadores asturianos por la ley de pesca 2013



Los pescadores, atendiendo a los discursos durante la movilización


Las capturas de salmón en los ríos asturianos están bien documentadas a partir del año 1949. Desde esa fecha hasta 2008, en 60 temporadas, se echaron a tierra 185.090 salmones. Del total, 57.082 corresponden a la cuenca del Sella y 51.154 fueron enganchados en las cristalinas aguas del río Cares. La mejor temporada fue la de 1969, con 6.893 salmones precintados, de los que 2.613 correspondían al Cares y 2.041 al Sella. El año pasado se capturaron en el Sella 410 salmones y en el Cares-Deva, 201. Estos son los datos y no falta quien sostiene que «con Franco se pescaba más y mejor».

Pero las expectativas de los pescadores para 2013 son todavía mucho peores «por culpa de la restrictiva normativa fluvial aprobada para este año por la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos». Los ribereños dirigen el dedo acusador hacia José Félix García Gaona, jefe de servicio de Pesca del Principado. De hecho, Antón Caldevilla, presidente de la sociedad de pescadores El Esmerillón, dice que «nos sentimos estafados y engañados por Gaona», mientras que Nicolás Sánchez, presidente de la asociación de pescadores Cares-Deva, asegura que «García Gaona quiere acabar con el río y la pesca». Los representantes de los 1.700 pescadores que operan en los ríos Sella y Cares vaticinan que la nueva normativa de pesca «echa a los pescadores del río, conduce a la ruina de los pueblos de la ribera y representa un palo muy grande para la economía de la comarca».

¿Qué ofrece el nuevo articulado para que los pescadores estén en pie de guerra? Además de pequeños reparos que formular, los propietarios de las cañas observan tres matices que «atentan contra los derechos de los pescadores y la supervivencia de las cuencas fluviales».

No están de acuerdo «con la existencia de cotos parciales, zonas libres de pesca que durante dos días a la semana se convierten en espacios acotados». Opina Nicolás Sánchez que el fin de esta medida aprobada por el Principado «es hacer caja, recaudar dinero, y lo que queremos es que desaparezca esa figura y vuelvan a ser zonas libres».

También se muestran disconformes con la fecha de apertura de la pesca con muerte, que para 2013 será desde el 1 de mayo al 15 de junio. Teniendo en cuenta que no se puede pescar lunes y jueves y que en otras dos fechas entran en vigor los cotos parciales, «la actividad se va a reducir a 24 días por temporada. Son muy pocos y ni siquiera se garantiza que en todas esas fechas se pueda pescar, con riadas que pueden durar una semana», explica Sánchez. La propuesta de los pescadores de la ribera pasa porque la temporada de pesca del salmón vaya «desde el 15 de marzo hasta el 15 de julio, el calendario de toda la vida». Para 2013, el Principado aprobó la entrada en vigor de la pesca sin muerte en el mes de abril y Caldevilla comenta que la medida «es un fracaso, nadie ocupa los cotos». Nicolás Sánchez va más lejos y sostiene que «la pesca sin muerte solo sirve para generar situaciones de picaresca y furtivismo».

El tercer punto de desencuentro se sitúa en los cupos. La normativa de 2013 establece que cada pescador sólo podrá enganchar tres salmones por temporada y los ribereños pretenden que se sitúe «en diez piezas por campaña». El cupo de tres salmones lo consideran «muy escaso. Un pescador puede conseguir en una semana el cupo del año y a qué se va a dedicar después en los cotos que ya se adjudicó y pagó previamente».

En un largo monólogo, Antón Caldevilla explica que «el Principado sabe que la normativa de 2013 es un completo fracaso pero sigue empeñado en acabar con la cultura ribereña tradicional. Arriman el ascua a su sardina, a la de amigos interesados en que ni tan siquiera se hagan repoblaciones». Y apostilla Caldevilla: «La caña, ahora el principal enemigo para el Principado, nunca hizo daño al río. Son ellos los que no se preocupan de limpiar y repoblar».


Por su parte, dos centenares de personas acudieron a la concentración convocada por Asociación de pescadores del Cares-Deva en contra de la normativa de pesca en vigor desde el pasado 17 de marzo. Los ribereños de la zona oriental se sienten los más perjudicados por esta norma del Principado porque carecen de lances libres. Ponen como ejemplo que en la parte baja de la cuenca fluvial, en Buelles, en un tramo de 3 kilómetros donde antes había diez zonas libres, ahora existen ocho cotos parciales y dos cotos sin muerte.

La movilización tuvo lugar en los aledaños del centro de precintaje de salmones, en Siejo (Peñamellera Baja). Entre otros, acudieron los alcaldes de Peñamellera Baja, José Manuel Fernández; Cabrales, Carlos Puente, y Peñamellera Alta, Rosa Domínguez; así como los diputados de Foro Albano Longo y Marina Huerta.

El colectivo del Cares-Deva defiende que la campaña salmonera tradicional sea desde el 15 de marzo al 15 de julio, y no las apenas 24 jornadas que contempla la normativa de 2013 (la temporada está abierta, pero para la pesca sin muerte). Asimismo, inciden en aumentar el cupo hasta 10 salmones por temporada, en lugar de los 3 que podrán capturarse a partir del 1 de mayo por pescador y campaña. De la misma forma reclaman la supresión de los cotos parciales y convertirlos de nuevo en zonas libres.

«Son muy pocos los pescadores que utilizan el actual sistema de pesca sin muerte. Ahí están las estadísticas de ocupación de los cotos y, a la vez, incitan a la picaresca y al furtivismo como venimos denunciando desde hace tiempo tanto nosotros como la guardería y Seprona», aseveró Nico Sánchez, presidente de la Asociación del Cares-Deva, arropado por Antón Caldevilla, responsable de la Sociedad El Esmerillón, y por Pedro García, presidente de la federación regional de pesca.

Otra de las reivindicaciones que lanzó Sánchez apuntaba a recabar apoyos con el objetivo de negociar con la empresa hidroeléctrica E.ON para que «contribuya con la creación y mantenimiento de un centro de alevinaje, no únicamente como compensación al desastre ocurrido en Arenas de Cabrales, donde hubo una importante mortandad de peces, sino como corresponsabilidad de los daños que regularmente vienen haciendo en la zona».

Por su parte, Antón Caldevilla incidió en «las pérdidas económicas de la ribera» con la restrictiva normativa de pesca. Aprovechó para desvelar que 350.000 alevines de la piscifactoría del Mamprode (Parres) repoblarán los ríos este año, pero se mermará hasta 75.000 alevines la crianza para 2014: «No estamos dispuestos a seguir cebando cormoranes y garzas».



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