lunes, 18 de marzo de 2013

Pocas truchas en el inicio de la temporada






A pesar del intenso frío y de que las previsiones de capturas no eran demasiado optimistas, los ríos y embalses de la Costa da Morte se llenaron de aficionados a la pesca, que estaban deseando «sacudirse el mono», como dijo Suso Vilar, de la asociación Fario de A Laracha. Los que consiguieron llevarse alguna pieza a casa utilizaron cebo vivo, la única forma de interesar a las truchas de la comarca, que cada vez son menos y que, a causa de las bajas temperaturas, ayer ni siquiera se movían en pos de los apetitosos gusanos que les ofrecían los deportistas.

Tan malo fue el inicio de la temporada que a partir del mediodía apenas quedaban ya pescadores. Uno de los motivos es que a las once empezó a soplar el nordés, y los peces, que ya tenían pocas ganas de picar, se ocultaron, por lo que las posibilidades aún se redujeron más.

Las cestas no se pudieron llenar el primer día, pero la campaña pinta bien, porque los ríos van a tope de agua. Solo hay que esperar buenas temperaturas. En Verdes hubo lleno casi total. No pudo estar Pedro Añón, de la asociación Coristanco, que tiene coto para el próximo domingo. Este avezado pescador acudió a Corcoesto y solo consiguió sacar tres piezas del tamaño reglamentario, aunque reconoció que tampoco tuvo que devolver demasiadas al río. Probó con cucharilla, pero solo logró capturas con cebo vivo. Y no fue porque no lo intentara. Llegó a Cabana poco después de las siete de la mañana y se quedó hasta la una de la tarde. Ya de vuelta paró en varios puntos de pesca de la zona y solo encontró «algunha xente diseminada». Reconoce que ya supo que sería una mala jornada porque «había xente, pero cambiaba moito de sitio», probablemente en busca de truchas más dispuestas a dejarse engañar.

El mal comienzo no preocupa demasiado a Suso Vilar, que es partidario de la pesca sin muerte, aunque reconoce que es una modalidad que resulta muy difícil de comprender a algunos. El presidente de Fario asegura que «los ríos están cada día peor, cada vez con menos peces. Por eso yo prefiero ir los jueves, que es el día que hay que devolver las capturas al río. Para esos días apenas hay peticiones de coto y te encuentras casi solo. Es la forma de disfrutar de este deporte».

Ayer, para evitar las aglomeraciones que hubo en el río Anllóns, terminó por irse con unos amigos al embalse de Meirama, donde pasó la jornada en calma, aunque «con mucho frío».

Hoy es un día de descanso para las truchas y los pescadores, pero serán bastantes los que se acercarán a los cauces fluviales mañana, el miércoles y el viernes. Este año ha habido más peticiones de coto en días laborables que nunca. Dicen que es efecto de la crisis. El paro empuja a los aficionados a entretenerse con las cañas. Malo por los desempleados y malo para los peces.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario