miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pesca una maragota con premio de 300 euros


El marinero premiado, Gerardo Pesqueira García

Faenó en los principales caladeros del mundo y ahora mata el gusanillo de la pesca navegando en su planeadora La burladora, con base en Aguete (Marín). Gerardo Pesqueira, un jubilado de 61 años, recogerá hoy un premio de 300 euros en material náutico como ganador del sorteo organizado por el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC). Con este certamen, el centro de Bouzas quiso agradecer la colaboración de los marineros de la ría de Vigo que entregaron durante los últimos 12 meses uno de los los 1.100 ejemplares de pinto y maragota con marcas de plástico soltados por los científicos dentro del proyecto "ArteVigo. Biología, ecología y hábitat de las especies objetivo de la flota artesanal en la ría de Vigo: mecanismos de gestión ecosistémica". Para Pesqueira, "es un orgullo contribuir en esta investigación y una gran estímulo".
El objetivo del estudio coordinado por el Grupo de Ecología Pesquera del IIM es profundizar en el conocimiento de esta popular especie, "seleccionada como modelo por su importancia para la flota artesanal". Tanto es así que solo las lonjas de la ría superan al año las 20 toneladas en descargas de pintos y maragotas, con un valor comercial por kilo de entre 3 y 6 euros.

Uno de los ejemplares marcados

La suelta de ejemplares marcados comenzó en diciembre de 2011 por distintas zonas de la ría de Vigo, incluido el perímetro de Cíes. La marca de plástico llevaba indicado el teléfono del IIM "para que los pescadores que los capturasen lo notificasen, informasen de la zona en la que había sido pescado y lo devolviesen a los científicos para su posterior estudio". En total, de los 1.100 ejemplares soltados, los marineros colaboradores entregaron 23. "El proyecto ha acabado pero necesitamos que nos sigan notificando nuevas recapturas", solicita David Villegas, responsable de estudio del CSIC.
Gerardo Pesqueira recuerda perfectamente dónde se encontraba cuando capturó la maragota marcada. "Estaba por fuera de los bajos de Agoeiro, al oeste de Cíes, bastante alejado de la isla. Al principio me extrañaron las marcas. Pero tan pronto vi el teléfono del instituto llamé para avisar", recuerda. Su ejemplar pesaba un kilo, y después de notificar el hallazgo, asegura que acabó disfrutándolo. "Al final me la comí claro", confiesa.
El grupo que coordina David Villegas todavía no ha concluido el análisis de todos los ejemplares marcados capturas por los marineros. "Gracias a estas recapturas sabemos el crecimiento del ejemplar desde la suelta, el peso que ganó y su movimientos", explica. En breve presentarán las conclusiones de este estudio aunque ya tienen otro en marcha más sofisticado apoyado en telemetría acústica. Para ello fondearon en la ría 12 antenas receptoras que rastrean cada minuto el movimiento de 18 maragotas y 8 pintos.

 

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