domingo, 16 de septiembre de 2012

Cantabria: Desastre medioambiental provoca muerte de truchas


Un joven contempla el estado en el que ha quedado el embalse


El nivel de agua del embalse de La Cohílla, en Polaciones, descendió el viernes hasta tal punto que provocó la muerte de numerosas truchas. La alarma saltó después de que Ángel Luis, un vecino del municipio que ya había detectado que el volumen de agua se venía reduciendo desde hace días, se percatase en la noche del jueves de la existencia de peces muertos. El alcalde de Polaciones, Teodoro Ruiz, dio el aviso al Servicio de Montes y al Seprona, aunque ayer por la tarde los vecinos no estaban seguros de si habían acudido o no a revisar la zona.

El bajo volumen del agua en el pantano sorprendió a los habitantes del municipio, «ya que nunca había visto el agua tan baja», aseguró Ángel Luis en la tarde de ayer, cuando la mayoría de las truchas ya habían desaparecido porque, según su relato, «se las han comido los zorros o se han ido al fondo». Aunque nadie sabe con seguridad el número de truchas muertas, este vecino hablaba de «al menos cincuenta», mientras que el alguacil del municipio, Jesús Sánchez, aseguraba que el bajo caudal afectó a «cientos de truchas». Además, el alguacil opinó que el bajo nivel del agua provocó «el aumento de la turbidez y el escaso oxígeno disuelto, circunstancia acrecentada por los procesos de descomposición de la materia orgánica (restos vegetales en su mayoría) que colmatan la presa».


Detalle de las truchas muertas en el lodo


El poco caudal del río ha dejado la zona prendida de lodo y de fango que impide que los vecinos lleguen a la zona donde se encuentran las truchas. A pesar de que la bajada fue considerable, ayer por la tarde ya se había recuperado algo de caudal. El agua ha podido llegar a bajar «más de 20 metros», añade Ángel Luis. Este vecino vio como las truchas «salían a la superficie aún medio vivas y morían por la falta de oxígeno. Vi morir seis o siete en apenas cinco minutos».

A pesar de que una zona del pantano se encuentra seca y casi sin agua, la mayoría de los vecinos no se han acercado a lugar. «He oído algo esta mañana en el bar sobre la aparición de muchísimas truchas muertas», aseguraba una vecina. Pero nadie tenía nada claro. El alcalde, que calificó lo ocurrido como una «catástrofe», explicó que quizá la muerte de las truchas podría deberse «a que la empresa eléctrica encargada de la presa ha vaciado el pantano». Es por eso que se quejó de que «podrían habernos avisado». El regidor solicita ahora que se lleve a cabo «la repoblación».

Este embalse es la base de las poblaciones trucheras de toda la cuenca alta del río Nansa, una de las de mayor valor ecológico de toda Cantabria, aportando reproductores a todos los cursos fluviales que desembocan en él, aproximadamente 40 kilómetros de cauce. Jesús Sánchez apeló al «inaceptable uso del agua de la empresa concesionaria, que ha llevado a esta situación, generando graves problemas en las aguas bajo la presa motivados por el continuo vertido de lodos», lo que supone, concluyó, «la prolongación de esta grave catástrofe ecológica a lo largo de toda la cuenca del río Nansa».



La situación del embalse recuerda a la del Xallas con Ferroatlántica



«Dadle todo el bombo que podáis porque no nos hacen caso», clamó ayer el alcalde de Polaciones, Teodoro Ruiz (PRC), al otro lado del teléfono. El regidor se queja porque, desde que el viernes se puso en contacto con el Servicio de Montes y con el Seprona, asegura que «nadie se ha acercado a averiguar lo que ha sucedido» en el embalse de La Cohílla, donde la espectacular bajada del nivel del agua provocó la muerte de numerosas truchas el pasado viernes.

A pesar de que por el momento aún no se ha determinado la causa de tal descenso, el regidor insistió ayer en que «la causante de esta catástrofe es la empresa eléctrica que gestiona la presa, Saltos del Nansa, que vació el embalse a causa de una avería». Por ello ahora solicita que «Seprona denuncie a la empresa y traten de repoblarlo». Teoría ésta que coincide con la de un grupo de vecinos que se aposta en torno al bar 'Polaciones'. «Al parecer se ha atascado la tubería del canal», explicó uno de ellos. «Es normal que una válvula se estropee y que haya que arreglarlo, pero tenían que haber avisado», decía Francisco, otro vecino.

La mayoría de los pescadores no dan crédito a la bajada del agua. «Dice mi hijo que es el mayor desastre que se haya conocido», comentaba otro pescador veterano.


La empresa Saltos de Nansa vació el embalse

El regidor de Polaciones se lamentaba porque «si nos hubiesen avisado, podríamos haber hecho algo con las truchas». Este descenso del nivel del agua, que «nunca antes se había visto», según exclamaron los vecinos, ha provocado que el embalse esté ahora lleno de fango y sea prácticamente imposible que cualquier animal pueda sobrevivir. De ahí que en el municipio aseguren que «ya no queda ni una trucha viva».

Tras saltar la voz de alarma, en la jornada de ayer fueron numerosos los vecinos que decidieron acercarse al pantano y ver por sí mismos el bajo nivel del volumen de agua. «La gente está alucinada», decía una mujer con la mirada puesta en un embalse que les resulta «irreconocible». Julián de la Torre se asomaba para intentar verlo mejor. «Es una barbaridad». Este vecino de Polaciones aseguraba ayer que «se trata de una práctica que lleva a cabo la gente del embalse y no les importa que les sancionen porque los beneficios que obtienen son mucho mayores». «Es peor de lo que pensaba», concluía sin dar crédito.

Las ruinas de las casas que antes había en lugar del embalse están ahora a la vista de todos y a mediodía de ayer ya casi no quedaban truchas a la vista. «Se las han comido los animales», manifestaban los paseantes que transitaban por allí. «Normal -insistía el alcalde- todo lo que había allí se ha muerto». La camarera del bar 'Casa Enrique' aseguraba que desde que se conoció la noticia, el viernes, no ha habido otro tema de conversación entre su clientela. «De hecho, me extraña que no haya venido el Seprona», añadió. Ninguno de los vecinos del pueblo podía confirmar la presencia en la zona de algún operario o técnico. El alcalde reiteró que, «de momento, no he recibido ninguna llamada de nadie para preguntarme qué es lo que ha pasado en el embalse».

 

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