jueves, 28 de junio de 2012

El Umia recibe 10.000 alevines de trucha en el plan de repoblación fluvial de Galicia

Hernández suelta los alevines en el Umia


Las aguas Umia corrían cristalinas y abundantes ayer en Pontearnelas. Un escenario propicio para alimentarla de nuevos moradores. Desde el mediodía, 10.000 ejemplares de truchas autóctonas alevines pueblan este río gracias al proyecto Migranet, cofinanciado con fondos de Europa, la Universidad de Santiago y la Consellería de Medio Ambiente, con un presupuesto de 824.000 euros.

El objetivo es aumentar las poblaciones de peces en los cauces gallegos y crear un observatorio de peces migradores a través de una red de control distribuida por Galicia, Portugal y Francia. El Miño, el Umia y el Ulla han sido los ríos elegidos en el Noroeste para desarrollar esta iniciativa, lo cual ha supuesto ya la colocación de una trampa de captura de peces en descenso en Pontearnelas e implicará la instalación de otra trampa, en este caso de remonte junto a un contador automático, que se colocará este verano.

A los ejemplares que se soltaron ayer se sumarán otros 40.000 a la altura de Romarís, As Aceñas, Ponte Alfonso y Veigas de Almorzar, procedentes de la piscifactoría de la Xunta situada en Carballedo. Pero eso será en próximas ocasiones. Ayer el foco estaba puesto en Pontearnelas, donde recaló el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, tras visitar las obras del nudo de Curro en Meis. Junto a él se desplazó el resto de la comitiva con el presidente de la Diputación y el delegado territorial de la Xunta, Rafael Louzán y José Manuel Cores Tourís, respectivamente.

En Portearnelas estaban también los alcaldes de Vilanova y Ribadumia y todos juntos bajaron al río para proceder al acto oficial, con foto incluida, de la suelta de las truchas. Ahora corresponde a los técnicos hacer un seguimiento de estas especies para hacer un inventario de las poblaciones. Según dicen en la consellería, el Umia presenta una «autorecuperación nos últimos cinco anos» y desde el 2010 ya se pueden pescar en él truchas y reos. La herencia envenenada del Brenntag parece haber quedado atrás y la Xunta ha lanzado una clara apuesta por este cauce a través del Plan Umia, dotado con 21 millones de euros.

 

Otros se calzaron las botas para dejar a los peces en el río

    

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