viernes, 20 de abril de 2012

El salmón chileno navega hacia Rusia

Chile obtiene la posibilidad de aumentar significativamente la exportación de salmón a Rusia. Moscú no está satisfecho con la calidad de la producción de su mayor proveedor, Noruega, y piensa en la prohibición de los suministros de pescado congelado desde este país. Durante la reunión de la Comisión Intergubernamental se trató este asunto y se dieron algunos pasos importantes.



Aunque a la capital rusa se conoce como “la ciudad de los siete mares”, en realidad la oferta de pescado fresco en las estanterías de los supermercados es algo relativamente reciente. El primero en aparecer fue el salmón. El pescado cultivado en piscifactorías llega a los mostradores durante todo el año, no sólo en temporada. Fue precisamente gracias al salmón que los rusos comenzaron a comer pescado fresco de forma regular, en la época post soviética. Tras el salmón surgió el interés hacia otros productos frescos procedentes de mar, como el bacalao, que se pesca en los mares norteños.

La posibilidad de suministros de salmón chileno a Rusia ya se había planteado a principios de abril en Santiago, en la reunión de la Comisión Intergubernamental ruso-chilena sobre comercio y cooperación económica. Serguéi Dánkvert, titular de la delegación rusa y director de Rosseljoznadzor (el Servicio de Control de Sanidad Agrícola de Rusia), señaló que “tomando en cuenta la posible resolución que limita los suministros de producción de pesca noruega, existen todos los fundamentos para aumentar la importación de salmón desde Chile”.

Los rusos prometieron hacer todo lo posible para acelerar la inclusión de cinco frigoríficos de pescado procedente de Chile en el Registro de empresas de terceros países de la Unión Aduanera (compuesta por Rusia, Bielorrusia y Kazajistán). También se comprometieron a informar a los colegas chilenos sobre la disposición para enviar un grupo de inspectores en el segundo semestre de este año. No se excluye la posibilidad de que esta visita se produzca en el marco de la Conferencia internacional sobre producción de salmón, prevista para finales de otoño (boreal), a la que los chilenos han invitado a sus homólogos rusos.

Asimismo, en el encuentro que mantuvo Serguéi Dánkvert con Aníbal Aristía Reyes, director del Servicio de Agricultura y Ganadería de Chile, se analizó la posibilidad de aumentar el volumen de suministros de salmón chileno a Rusia.

En Rusia se conocen los éxitos de los productores chilenos de acuicultura. El salmón representa más de una cuarta parte. Según los resultados de 2011, el volumen general de suministros de producción pesquera chilena, a Rusia superó las 16.500 toneladas. Es una cifra superior a la del año anterior (13.800 toneladas) pero significativamente menor que la de 2008, en vísperas de la crisis, cuando los chilenos exportaron a Rusia más de 27.000 toneladas.

La posible prohibición de suministros procedentes de Noruega abre a los chilenos un gigantesco mercado.

En 2011 Rusia importó cerca de 113.000 toneladas de este pez, de las cuales cien mil fueron desde Noruega (95.000 toneladas de salmón congelado).

Los rusos se quejan ante los noruegos porque estos entregaron el control sobre la seguridad y la calidad a los empresarios, que cumplen estas funciones de manera negligente.

Pero Rusia no puede remplazar el salmón noruego con su propia producción. Las empresas locales no tienen todavía tanta capacidad. Una pequeña porción del mercado puede corresponder a Dinamarca y Escocia, pero parte del suministro se realizará “por aire”, lo que indudablemente acarreará un aumento de precios.

Los Estados Unidos pueden también tomar una parte del mercado, ya que planificaron aumentar el abastecimiento de salmón a Siberia y al Lejano Oriente ruso, a través el Océano Pacífico.

Es posible que la demanda de los consumidores tienda hacia el pescado congelado. Sin embargo, cuando se descongela empeoran notablemente el aspecto y el gusto.

Antón Safónov, especialista de la agencia analítica “Investkafe”, supone que la primera reacción del mercado será, seguramente, el aumento de precios del producto. El analista subraya que si la prohibición se prolonga el incremento será muy considerable. La demanda superará a la oferta y tal vez haya un déficit en el mercado de consumo.

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