martes, 21 de febrero de 2012

La centolla crece el cuádruple si come mejillón fresco en lugar de congelado



A la centolla le sienta mejor el mejillón fresco que el congelado. Está más alimentada si come el bivalvo sin ser sometido a un proceso de frío. Cuatro veces más. Es la constatación que han hecho los investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO), del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa) y de la Universidad Nacional Autónoma de México mientras realizaban un estudio sobre la dieta de la centolla liderado por un biólogo del IEO de Vigo.

En el experimento, los científicos dividieron las centollas de la prueba en dos grupos para comparar el crecimiento y la composición bioquímica de los ejemplares. Unos recibieron como alimento mejillones frescos; los otros, el mismo molusco, pero congelado.

Después de un tiempo, los investigadores pudieron comprobar que los que habían comido los bivalvos frescos habían ganado una media de algo más de 300 gramos de peso. Las que basaron su dieta en el mejillón congelado tuvieron un ritmo de crecimiento mucho menor: aumentaron en torno a 70 gramos de peso durante ese mismo plazo.

Ahora bien, no encontraron, sin embargo, diferencias apreciables en la composición bioquímica de los ejemplares de uno y otro grupo. El análisis de la composición de lípidos y aminoácidos, apenas arrojó diferencias significativas.

Otra conclusión a la que llegaron los investigadores en su experimento -que ha sido publicado recientemente en la revista Aquaculture Research-, es que las diferencias de crecimiento según la alimentación eran más apreciables en los individuos más jóvenes, aquellos que no alcanzaban los dos meses. A partir de los cinco meses, la cosa cambia y estar alimentadas con mejillón fresco o congelado, apenas influye en el crecimiento y en el peso de los individuos.

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