martes, 22 de noviembre de 2011

Un gasero de 288 metros de eslora quedó a la deriva a 10 millas de A Coruña


Trayecto que siguió ayer el «Arctic Princess»

El gasero noruego Arctic Princess -de 288 metros de eslora, 49 de manga y 26,80 de puntal y sin carga en sus esferas- quedó ayer a la deriva a unas diez millas al noroeste de A Coruña. Una avería en la máquina del buque le impedía navegar a más de 2,5 nudos de velocidad. La inmensa arboladura del barco lo convirtió en una auténtico buque de vela, anulando totalmente el autogobierno del Arctic Princess.

Los problemas del barco no pasaron desapercibidos a los técnicos del Centro Local de Salvamento Marítimo de A Coruña. De inmediato se pusieron en contacto con el capitán del gasero para conocer de primera mano la situación.

Los técnicos que navegaban a bordo del Artic Princess intentaron solucionar la avería, pero les fue imposible. Por ello, desde la torre de control se ordenó zarpar del puerto de A Coruña a tres remolcadores, el Sar Gavia, de Salvamento Marítimo, el Ibaizabal Nueve y el Ibaizabal Dos, de la compañía privada Ibaizabal.

Ya al costado del gasero noruego, lograron darle remolque y parar su deriva, controlando de esta forma la situación. La primera intención de los técnicos de Salvamento y del capitán del barco era la de llevarlo hasta el fondeadero de Ares, en donde largaría anclas. El buque iba a estar escoltado en esta zona de refugio por uno de los tres remolcadores. Así, esperaría a la luz de hoy para entrar en Navantia, en Ferrol, para reparar la avería.

Sin embargo, sobre las ocho de la tarde, el capitán del buque consideró que esa alternativa podía resultar peligrosa. Los partes meteorológicos informaban que la fuerza del viento iba a ser superior, y sobre todo de que se iba a levantar mar de fondo con olas de entre 4 y 5 metros, y que estas condiciones podían hacer garrear las anclas y que el barco quedase de nuevo a la deriva. Entonces se decidió sacar el buque a doce millas de la costa coruñesa y permanecer a la capa acompañado por los remolcadores hasta las primeras luces de hoy.

El Arctic Princess había sido sometido a un importante carenado (revestimiento) en las instalaciones del astillero Navantia, en Ferrol. Y había salido a alta mar para realizar unas pruebas, momento en el que su capitán vio que perdía el control del buque.

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