miércoles, 26 de octubre de 2011

Los ríos del Oriente, entre cañas y canoas


La normativa de pesca en aguas continentales del Principado de Asturias para la próxima campaña salmonera está a punto de cocción y se publicará en el BOPA antes del 1 de noviembre. Como ocurre casi siempre, tampoco esta vez dejará satisfechas a todas las partes involucradas, pues cada pescador, sea ribereño o no, es un mundo. Sea como fuere, el nuevo documento vuelve a dar un indudable protagonismo a los amantes de arte tradicional, a la pesca con muerte, tras el experimento de la modalidad de pesca sin muerte que promovió durante algunos periodos concretos el anterior ejecutivo socialista.

Ya en precampaña electoral Foro Asturias Ciudadanos abogó por la recuperación de las fechas tradicionales de apertura de la pesca del salmón en las aguas continentales asturianas, lo que suponía que el preciado campanu volvería a echarse a tierra una vez iniciada la temporada -en marzo- y no el 1 de mayo, tal como ocurrió en el 2010-. Además, la formación liderada por Álvarez-Cascos prometía, en el supuesto de llegar a gobernar, autorizar la pesca todos los días de la semana y la supresión de los cotos parciales. Dicho y hecho, como mandan los cánones.

¡Qué quieren que les diga, amables lectores! La normativa de pesca para el 2012 recoge al pie de la letra esas promesas electorales, las cuales le propiciaron un buen número de sufragios, sobremanera en la zona del Oriente, al FAC. Tan sólo recordar que en algunas de las candidaturas de los casquistas a los comicios municipales figuraban conocidos ribereños de la cuenca del Sella -Parres y Cangas de Onís, sobre todo-, muy vinculados a la pesca del salmón. Ellos tienen bastante culpa de arrastrar hacia sus siglas a muchos votantes indecisos, a otros del PP e incluso a ciertos sectores de ideologías de izquierdas, a los que les apasiona la pesca.

El Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos ha cumplido lo prometido en materia de pesca fluvial. Lo llevaba en su programa electoral y lo plasmará en la normativa que va camino de imprenta. Puede gustar, o no, pero ahí el nuevo Ejecutivo ha dado muestras de su cumplimiento con el electorado que le dio su confianza. ¿Quiénes elevan la voz? Lógicamente aquellos que no votaron a Foro Asturias Ciudadanos o bien los que no digieren -ni por activa ni por pasiva- que el ex ministro de Fomento ostente actualmente la presidencia del Principado de Asturias. Allá ellos y su conciencia, ya que muchas veces es «rara avis» hacer cumplir sus promesas algunos dirigentes políticos cuando llegan al poder, escudándose en vagas excusas.

Por otra parte, lo que sí se hace indispensable es reforzar las medidas de vigilancia y control contra el furtivismo. Alguna que otra oveja negra, o varias, siempre existe dentro del amplio rebaño y la pesca fluvial no iba a ser una excepción. Foro Asturias también preveía, en precampaña electoral, aplicar planes coordinados con la Guardia Civil para perseguir los casos de furtivismo que causan graves daños de tipo medioambiental a las poblaciones piscícolas, como son el uso de redes y arpones, así como venenos u otros, especialmente en las épocas de estiaje y de baños, y en los meses de freza. Y seguro que va a velar por ello.

Los pescadores del Oriente van a disponer de una normativa muy a su gusto, nada que ver con las restricciones de anteriores temporadas. Eso sí, resta que se conciencien de la problemática que afectan a los salmónidos y eviten por todos los medios esquilmar los ríos. Incluso, que apoyen adelantar el cierre de la temporada cuando los niveles de las aguas no sean los idóneos en ciertos periodos muy concretos. Las repoblaciones, los controles de población sobre los cormoranes, la limpieza de los cauces fluviales, los vertidos contaminantes, sin olvidar las pesquerías industriales el los mares del Norte, son algunos de los asuntos medioambientales en los que se debe profundizar aún más.

Con la nueva normativa de pesca, para unos, y la reglamentación de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, para otros, las actividades de la pesca fluvial y del turismo de navegación, ambas santo y seña turístico en las cuencas del Oriente, tienen que ser absolutamente complementarias. No sobran ni los unos ni los otros. Ni antes había que echar a los ribereños de los ríos ni mucho menos ahora hay que acabar con las empresas que ofertan los descensos en canoas por los ríos Sella y Cares-Deva. Cada cual deberá cumplir con su cometido y, en la medida de lo posible, evitar enfrascarse en grescas que no conducen a ningún lado. El río es de todos, tanto de los veraniegos canoístas -que no piragüistas- como de los pescadores.

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