lunes, 24 de octubre de 2011

Audiencia con el salmón


Cañas, moscas, redes, carretes, nasas, fisgas, ganchos, cestos y toda clase de aparejos, símbolos de lo que significó la pesca en el Eo, desfilaron ayer ante los ojos de los Príncipes de Asturias, en el recorrido que realizaron por el centro de interpretación de la pesca en el Eo, abierto en 2007 en el antiguo centro de instrucción financiado por emigrantes santirseños en Cuba.

La captura de salmones forma parte del alma de San Tirso. La actividad que ha aportado vida y recursos a la zona desde hace más de un siglo no podía quedar fuera del programa de la visita principesca. Como heredera de esa tradición, la joven Lorena Rodríguez, animadora sociocultural del Ayuntamiento del municipio más occidental de Asturias, explicó a sus Altezas el cometido del centro, donde a través de soportes audiovisuales, fotográficos e informáticos se enseña el río a través de las diferentes especies que lo pueblan, con especial atención al coto Marzales y al coto nacional de turismo. Rodríguez se emocionó tanto en su alocución que rompió en llanto.


«Estaba muy nerviosa y emocionada; al final, la Princesa me consoló a mí». Junto a Lorena Rodríguez fueron protagonistas los siete niños que participaron en el taller de montaje de moscas y que ayer exhibieron su «arte» ante los Príncipes. Al lado de las generaciones futuras también se encontraban los «gancheiros» Gervasio Novo y José Ramón Llanes, exponentes del glorioso pasado ribereño, que guiaban a los pescadores por los cotos. Novo, a sus 90 años, con sesenta dedicados al río y decano de los gancheiros de San Tirso, a los 14 ya «iba a la madera» en madreñas, por seis pesetas de salario. Hasta pescó para Franco cuando el Caudillo acudía al Eo en los sesenta, al menos una vez al año, en Semana Santa y dormía en el parador de Ribadeo. Ayer se vio cara a cara con un Príncipe enamorado del mar y poco aficionado a la pesca, a quien le llamó la atención la foto de la boca de una lamprea.

José Pérez, conocido como «Pepe el Barbas», otro personaje irrepetible en el Eo, dedicado al oficio desde hace más de 40 años, cambió ayer la caña por el llagar y saludó a los Príncipes mientras mallaba sidra en la muestra de oficios tradicionales.

El Heredero reconoció que no pesca y alabó la labor de los aficionados. «Debe de ser difícil», dijo mientras le mostraban el proceso de montaje de las moscas, aparejo empleado para la pesca sin muerte y uno de los más populares en la zona desde que en 2001 se declaró el coto de El Puente, dedicado a esa modalidad.


En la comitiva, Delfín Puente y Avelino Menéndez, presidente y vicepresidente de la Real Asociación de Pesca Fluvial de Asturias, calificaron de «muy humana» la visita del hijo del Monarca, que en 1996 otorgó a la entidad fundada en 1946 el título de real que luce con orgullo desde hace quince años. El antiguo guarda de pesca José María Rodríguez y la empresaria Josefa Rey, madre de la alcaldesa de San Tirso, María Goretti Rey, en cuyo hotel se precintaban salmones, también asistieron emocionados a la visita. Al Príncipe le sorprendió encontrar en el centro de interpretación una foto de su abuelo, don Juan de Borbón, y el manuscrito del marqués de Marzales, el noble gaditano Pablo Larios y Sánchez de Piña, pionero en el desarrollo de la pesca deportiva en España, especialmente en el Eo. Larios fue estudioso de la biología del salmón. En 1917 recibió la concesión de un arrendamiento de pesca en el Eo, entre la presa de Saltadoiro y el pozo salmonero de La Negra. Ese primer coto tuvo su continuidad en la década de los treinta con otro que fue asignado a Enrique Fernández de Villavicencio y Crooke, cuñado del marqués.

Pablo Larios solía ir a San Tirso en la primera quincena de mayo y se pasaba allí unas dos semanas pescando e ideando medidas para desarrollar la riqueza acuícola de la zona, que desembocaron en la primera piscifactoría del Eo.

La real lección de pesca finalizó con la entrega a los Príncipes de una reproducción personalizada del «Salmón de oro» de manos de la Alcaldesa, en un acto que tuvo lugar en el Ayuntamiento. Don Felipe y doña Letizia mantuvieron un breve encuentro con funcionarios del Consistorio, entre ellos Pilar Alonso y Ángeles Molejón, que destacaban la importancia de la visita. «Bastante es que estén en un pueblo como el nuestro», sentenciaron.

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