domingo, 21 de agosto de 2011

Los frigoristas gallegos varian su oferta por el cierre de la caballa

Las empresas frigoríficas gallegas se enfrentan a uno de los años más duros de los últimos tiempos. La falta de caballa por el agotamiento de las posibilidades de captura de 2011 obliga al sector a centrarse en otras especies e ingeniárselas para mantener los compradores. El principal obstáculo que se encuentran en el camino es el producto importado que llega de países como Noruega, con mucho más cupo de pesca. Pese a todo, la industria gallega mantiene la actividad y el empleo en una situación que califica de "lenta agonía".


La falta de caballa o xarda en los mercados por el cierre de la pesquería, tras agotarse la cuota concedida a España, trae de cabeza a los frigoristas gallegos. Esta especie representa el 50% de su actividad y ante la falta de producto han tenido que intensificar el procesado de otros pescados, como la sardina o el jurel, para variar la oferta y mantener los clientes. "Queremos conservar nuestra cuota de mercado ofreciendo otras especies. Pero cambiar la tendencia de consumo es un proceso lento y los compradores pueden recurrir fácilmente a la importación", explica el gerente de la empresa coruñesa Frigorífica Botana, Manuel Casal. Países como Noruega cuentan con importantes posibilidades de captura además de un acuerdo con la Unión Europea que le permite exportar al mercado comunitario 39.800 toneladas anuales de caballa sin aranceles.

La importancia de la xarda para el sector -compuesto por cerca de 40 empresas en toda Galicia, que generan unos 1.000 empleos directos- quedó patente en marzo cuando las empresas se unieron a las protestas de los armadores contra el Ministerio de Medio Marino por el cierre de la pesquería. Entre las reivindicaciones de la industria frigorífica estaban el aumento de las posibilidades de captura para España y la concesión de ayudas a las compañías ante su difícil situación.

"Desde entonces nada ha cambiado. No hay más capacidad de pesca ni ningún tipo de subvenciones y tampoco esperamos nada a corto plazo ante la situación política y económica actual", aclara Casal. De hecho, según el responsable de Frigorífica Botana, las reservas de caballa se agotaron en abril y las compañías del sector tratan de mantener la actividad y el empleo despachando una mayor cantidad de especies como la sardina y el jurel. "Esto es una lenta agonía o larga resistencia, según se mire, buscando nuevos nichos de mercado y reduciendo costes. Cada empresa busca la mejor fórmula", indica el gerente de la frigorífica coruñesa, que prevé descensos en la facturación de este año. "Algunas empresas no lo notarán tanto pero creo que los ingresos caerán y será difícil compensar la ausencia de caballa con otras especies", lamenta Casal. Además, asegura, el sector ha dejado aparcadas las inversiones para innovación tecnológica, que permitirían crecer en el futuro, ante las dificultades actuales. "Ahora mismo el objetivo es resistir y lo vamos consiguiendo a duras penas", destaca.

Aunque ninguna fábrica ha cerrado, el gerente de Frigorífica Botana alerta de que la situación más crítica se vive en Ribeira, donde las empresas tienen una mayor dependencia de especies como la caballa y el lirio, ambas con importantes reducciones de captura este año.

"Llevamos varios años sufriendo recortes, que se suman a las dificultades actuales para acceder a financiación. Los próximos meses van a ser difíciles para el sector", sentencia Casal.

Las dificultades de las empresas frigoríficas gallegas pueden prolongarse varios años como consecuencia de la multa impuesta por Bruselas a España tras superar en un 80% la cuota asignada de caballa para 2010. La flota española excedió su cupo en 19.621 toneladas, por lo que deberá devolver hasta 2015 el doble de la cantidad sobrepescada, cerca de 40.000 toneladas.

El Diario Oficial de la Unión Europea publicó en febrero de este año las deducciones que se aplicarán a España en los próximos ejercicios. En 2011 la flota española deberá dejar sin pescar 4.500 toneladas de su cuota, el próximo año 5.500 y en los tres últimos 9.747 toneladas anuales. Esta situación provocará que aunque se incrementen las posibilidades de captura de los buques españoles, esas subidas únicamente permitirán aliviar levemente la difícil situación del sector pesquero español.

Este año España contaba inicialmente con un cupo de 24.372 toneladas de caballa para el Cantábrico Noroeste y lo agotó en apenas 15 días. La pesquería se abrió el 15 de febrero y a principios de marzo la Secretaría General del Mar decretó su cierre. Si la cuota actual se mantuviese en 2013, 2014 y 2015, casi la mitad de las posibilidades de captura se destinarían al pago de la sanción, con lo que la flota pesquera apenas tendría una semana de pesca.

Los armadores llevan reclamando desde hace meses un incremento de los cupos de captura al considerar que la caballa se encuentra en buen estado y que incluso está provocando el descenso de la biomasa de otras especies, como la sardina.

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